El mar en invierno puede considerarse una verdadera medicina natural. Si bien es cierto que es el destino más popular para las vacaciones de verano, no debemos menospreciar el encanto y las sugerencias que logra brindarnos durante los meses más fríos.
No guardes el aguacate así: es peligrosoTumbado en la arena del mar en invierno, abriendo las manos al sol y dejando que se evapore tu identidad (Fabrizio Caramagna)
El mar en invierno puede considerarse una verdadera medicina natural. Si bien es cierto que es el destino más popular para las vacaciones de verano, no debemos menospreciar el encanto y las sugerencias que logra brindarnos durante los meses más fríos.
El paseo solitario, unas cuantas barcas abandonadas en la costa, las gaviotas buscando comida y ese magnífico silencio que nos pone en contacto con la naturaleza. Ir al mar en invierno no es triste, es mágico.
El ambiente desierto, con las actividades comerciales cerradas, nos transportan al amanecer, a la inmensidad azul en la que se ve y se observa el horizonte sin ser molestado por el sonido de las bocinas o el parloteo de la gente.
Pero ir a la playa en invierno también trae muchos beneficios para la salud, veamos cuáles.
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El yodo es un aerosol natural.
Gracias al yodo y la sal, el mar mejora la respiración gracias a una especie de aerosol natural que contiene sales como cloruro de sodio y magnesio, calcio, potasio, bromo y silicio y agua de mar. ¡Respira un poco en la costa para sentirte mejor de inmediato!
El azul relaja los ojos.
El azul es el color del relax por excelencia, y no es casualidad que sea recomendado para ambientes como dormitorios y dormitorios infantiles. Según la cromoterapia, el azul representa la calma, tiene un efecto relajante, que induce a la reflexión y la armonía. ¿Y dónde observarlo sino en el mar sin límites?
El sonido y movimiento de las olas relaja cuerpo y mente
El ritmo de las olas se puede asociar con la percepción de las emociones. El mar aumenta nuestro estado de calma y bienestar y el motivo de esto tiene una explicación científica: las olas del mar generan iones negativos que producen alteraciones moleculares en nuestro organismo y provocan sensaciones de paz y equilibrio.
Hace que la mente sea clara y creativa.
El agua nos devuelve a nuestro estado natural por lo que estimula nuestro cerebro. Si te fijas, son muchos los que van a la playa justo cuando tienen que desarrollar un nuevo proyecto o tomar una decisión importante. ¡Intentalo!
Estimula el sistema inmunológico
El mar fortalece las defensas del organismo y el sistema inmunitario ya que gracias a la absorción de los oligoelementos presentes en el agua y las sales marinas se restablece el equilibrio del organismo. Está claro que en invierno no tendrás que bañarte con agua fría, tan solo mojarte ligeramente las manos o, para los más intrépidos, los pies.
Mejora el estado de ánimo y disminuye el estrés.
La arena y el mar son excelentes herramientas para desconectar del día a día y así disminuir los niveles de estrés que acumulamos día a día. Para ello, sería bueno evitar llevar a la playa, o al menos estar pegados constantemente a smartphones y tablets para disfrutar plenamente de los beneficios del medio ambiente sobre el sistema nervioso. También es excelente para caminar, entre otras cosas en nuestros pies hay miles de terminaciones nerviosas y caminar sobre la arena es una forma de estimularlos realizando un verdadero masaje.
Calma la ansiedad
El sonido del mar es muy beneficioso para nuestro sistema nervioso. Escuchar las olas rompiendo en la orilla puede calmar la ansiedad y llevarnos a un estado relajado que permite la liberación de dopamina y serotonina.
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dominella trunfio
