La pandemia de coronavirus también está teniendo implicaciones para nuestra salud mental. Porque aquí el problema no es solo ser positivo
No guardes el aguacate así: es peligrosoLa pandemia de COVID-19 ha traído incertidumbre y desafíos a nuestras vidas que nunca antes habíamos enfrentado. Hablamos de ello con motivo de la Semana Internacional de Concienciación sobre el Estrés, que arranca hoy. Y hoy más que nunca nos brinda información útil para superar este período de crisis mundial.
Estamos viviendo un periodo muy duro de nuestra vida, la pandemia del coronavirus también está teniendo implicaciones en nuestra salud mental. Porque aquí el problema no es solo ser positivo o tener Covid-19, sino también el de sentirse triste, confundido, asustado, en una sola palabra estresado.
El confinamiento ya nos había obligado a cambiar nuestros hábitos. Las hipótesis de nuevas restricciones están desesperando a mucha gente. El estrés es nuestro principal enemigo y se produce cuando tenemos miedo a una situación nueva y en este caso potencialmente dañina para nuestra salud y la de las personas que amamos.
“Estamos en medio de una epidemia para nuestra salud mental en este momento, y creo que la situación solo empeorará”, explica Vivian Pender, de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, convencida de que, lamentablemente, lo peor aún no ha terminado. “Hay un dolor y luto tremendo por todas las personas perdidas, las oportunidades perdidas, los sueños rotos”, explica nuevamente.
Sabemos que la ansiedad siempre aumenta ante la incertidumbre. Estábamos acostumbrados a la tranquilidad y al bienestar general, por lo que pocos ya habían experimentado niveles tan altos de tensión. Hoy estamos aprendiendo a vivir con agotamiento físico, temblores, taquicardia, pesadez mental, dificultad para concentrarse, nerviosismo, ansiedad y miedo, al punto del pánico.
La pandemia empeoró entonces los trastornos obsesivo-compulsivos. “Es mucho más difícil controlar los síntomas, los hábitos”, explica la psicóloga.
Coronavirus: cómo reducir la ansiedad y controlar el estrés para adultos y niños. Consejo de la OMS
Según una investigación realizada por The Conversation, más del 50% de la población ha reportado altos niveles de sufrimiento en esta pandemia. Las puntuaciones más altas se asociaron con pánico, miedo a los lugares públicos o malos hábitos para enfrentar el encierro, como comer en exceso, abusar del alcohol y usar drogas. Utilizando los datos de alrededor de 7 encuestados, los investigadores publicaron una especie de escala de estrés para el Covid-19: miedo al peligro y la contaminación, miedo a las consecuencias socioeconómicas, búsqueda de tranquilidad, xenofobia (discriminación contra los extranjeros) y síntomas de estrés traumático (p. pesadillas).
La exposición prolongada a estímulos estresantes representa un factor de riesgo potencial para muchas enfermedades, incluidas las psiquiátricas o cardiovasculares. Por ello, antes de que este estado se cronifique en forma psicopatológica incapacitante, es importante implementar acciones estratégicas que puedan restablecer una condición de equilibrio psicofísico. No en vano, el pasado mes de marzo, el Ministerio de Sanidad había facilitado un vademécum para aprender a afrontar la emergencia de una forma más serena (en la medida de lo posible).
Recordemos que nuestras reacciones emocionales, y por tanto nuestro estado de bienestar o malestar, también dependen de nuestra percepción e imaginación. Por tanto, es fácil comprender que, para sentirnos bien, debemos desviar nuestros pensamientos hacia cosas que nos den placer, distraer la mente realizando actividades concretas que nos apasionen: leer, conversar, cocinar, cuidar las plantas. , cuidar mascotas y cualquier otra cosa que nos haga sentir bien.
Cuando uno no ocupa la mente o está en momentos de inactividad, es más probable que transforme las sensaciones normales. Por lo tanto, tratemos de prestar atención a la autosugestión y de ser valientes cuando nuestros pensamientos son solo negativos. Con esto no quiere decir que debamos despegarnos de la realidad o que debamos subestimar la pandemia y los problemas, sino que debemos aprender a afrontar las cosas de tal forma que nuestra salud mental no tenga repercusiones demasiado graves.
Algo que nos puede ayudar es, por ejemplo, actividad física para hacer en casa o fuera respetando el distanciamiento y las normas, cuidándose, practicando sus aficiones, hablando con las personas con las que convivimos y si estamos solos, llamar a familiares y amigos y animarnos unos a otros. Por último, también se pueden utilizar algunas técnicas para relajar la mente: las prácticas de atención plena y respiración pueden ayudarte a dejar de angustiarte.
Fuentes: Istituto Superiore della Sanità / CBSNews / The Conversation
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