La antigua bendición que nos enseña a ser libres

La antigua bendición que nos enseña a ser libres

'Tu libertad acaba donde acaba la de los demás' y el hombre es libre de actuar como quiera mientras no acabe influyendo en los que le rodean. Pero entonces, ¿realmente podemos sentirnos desencadenados?

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Rousseu argumentaba que 'tu libertad termina donde la de los demás' y que el hombre es libre de actuar como le plazca mientras no acabe influyendo en quienes le rodean. Pero entonces, ¿realmente podemos sentirnos desencadenados?





Una antigua bendición revela el secreto para volar solo. El náhuatl es una lengua uto-azteca hablada en México, una antigua bendición dedicada a la Diosa Ixchel fue transmitida desde las antiguas civilizaciones y traducida a partir del siglo VII, en la Región Centro de México.

Esta bendición habla del significado de libertad emocional y cómo se puede lograr liberándonos de los condicionamientos que podrían hacernos prisioneros de la infelicidad. En la vida cotidiana existen hábitos, situaciones y estados de ánimo que nos hacen crecer y fortalecernos.

Hay personas fundamentales: nuestros padres, hermanos, abuelos, pareja o compañero, hijos, amigos y más, con quienes tendemos a construir una cercanía dictada por el corazón y por sentimientos. Otras personas, en cambio, nos condicionan, nos mantienen atados a sí mismos, llegando incluso a convertirnos en esclavos.

Esta pequeña historia que se puede encontrar traducida en diferentes versiones en la web, es una himno a la libertad, pero para alcanzarlo verdaderamente es necesario primero liberar a los seres queridos de responsabilidades y expectativas, solo así podemos dar a los demás y a nosotros mismos la sensación de paz interior que uno siente al no verse obligado a comportarse de cierta manera. para no defraudar las expectativas de los demás.

Bendición antigua

he liberado el Mis padres del sentimiento de haberme fallado.

he liberado el mis hijos de la necesidad de enorgullecerme; que puedan escribir y andar por sus propios caminos de acuerdo a sus corazones, susurrando en sus oídos todo el tiempo.

solté el mi hombre de la obligación de completarlo, de completarme a mí mismo. No me pierdo nada, aprendo todo el tiempo, junto con todos los seres. Me gustan o no me gustan.



yo agradezco mis abuelos y antepasados que se han reunido para que hoy respire Vida. Los libero de los fracasos del pasado y de los deseos que no han cumplido, sabiendo que han hecho todo lo posible para resolver sus situaciones dentro de la conciencia de ese momento. Los honro, los amo y los reconozco como inocentes.

Me desnudo ante todos los ojos, que saben que no escondo ni debo nada más que ser fiel a mí mismo y a mi propia existencia, y que caminando con la sabiduría del corazón, soy consciente de que mi único deber es perseguir mi proyecto de vida propio, libre de lazos familiares invisibles y visibles que puedan perturbar mi paz y felicidad. Estas son mis únicas responsabilidades.

Renuncio al papel de Salvador, de ser el que une o colma las expectativas de los demás. Aprendiendo a través, y sólo a través del amor, bendigo mi esencia y la forma en que la expreso, aunque algunos no me entiendan.

Me comprendo a mí mismo, porque solo yo he vivido y experimentado mi historia; porque me conozco, sé quién soy, lo que siento, lo que hago y por qué lo hago. Me respeto y me apruebo.



Honro la divinidad en ti y en mí... Somos libres.

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