Un nuevo estudio muestra niveles más altos de hormonas del estrés en la sangre en los meses de verano.
No guardes el aguacate así: es peligrosoLlega el calor y el estrés chorrea también. La culpa es del cortisol, que tiende a cambiar a lo largo del día y en función de nuestro estado de ánimo, pero que también sigue la tendencia de las estaciones y aumentaría en la época más calurosa del año. En definitiva, si estamos estresados en verano, no es solo una cuestión de calor sino también de hormonas.
Lo dicen los investigadores polacos de la Universidad de Ciencias Médicas de Poznan, que en un nuevo estudio han demostrado que en los meses de verano hay niveles más altos de hormonas del estrés en la sangre.
Si es cierto, por tanto, que un valor elevado de cortisol puede deberse tanto a causas patológicas, como un funcionamiento excesivo de la glándula tiroides, como a causas no patológicas, como una actividad deportiva demasiado exigente o dietas ricas en hidratos de carbono, también el calor excesivo hace su parte haciéndonos sentir más nerviosos.
El cortisol es una hormona producida por la glándula suprarrenal y transportada por la sangre. En otras palabras, es una hormona producida por las células fasciculadas suprarrenales en respuesta a la hormona hipofisaria ACTH, que es por tanto la precursora del cortisol. Su producción aumenta si está sujeto a estrés psicofísico y no solo.
Para llegar a la conclusión de que Los niveles de cortisol también varían con las estaciones, los académicos encuestaron a un grupo de estudiantes de medicina en dos días separados en el invierno y dos días en el verano.
Cada dos horas tomaron muestras de saliva durante cada período de prueba, un ciclo completo de 24 horas, para medir los niveles de cortisol y los marcadores de inflamación. Los participantes también realizaron un cuestionario sobre estilo de vida, hábitos de sueño, tipo de dieta seguida y niveles de actividad física. Cuando terminaron, los investigadores encontraron que los niveles de cortisol eran más altos cuando las pruebas se realizaron en el verano.
Los niveles de inflamación (el cortisol en realidad también ayuda a reducir la inflamación y es importante para mantener la salud en general), por otro lado, no cambiaron significativamente entre temporadas.
A medida que aumentan las temperaturas, por lo tanto, pueden aumentar los niveles de cortisol y aumentar nuestro estrés.
¿Cómo hacerlo entonces? Como siempre, también en este caso las soluciones se encuentran en la mesa: comer sano es la primera regla imprescindible. Lo recomendable es consumir comidas pequeñas pero frecuentes en cuanto a calorías, tomar un desayuno abundante y privilegiar los hidratos de carbono complejos como la avena, los cereales sin azúcar, las harinas integrales y derivados. Si es necesario, elimina también la cafeína, duerme más y, si haces deporte, ¡no te excedas!
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Germana Carillo
