Los patos y los juguetes de baño pueden convertirse en receptáculos de hongos y bacterias. La alarma en un estudio. 

    En el interior de los juguetes de goma para el baño acechan gérmenes y bacterias que proliferan gracias al calor-húmedo y los materiales plásticos

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    Los patos y otros juguetes de goma acompañan y hacen más agradable la hora del baño de nuestros hijos, pero ¿realmente son seguros? Un estudio revela cómo estos objetos pueden convertirse fácilmente en receptáculos de gérmenes y bacterias.





    Un estudio realizado por Eawag (Instituto Federal de Ciencia y Tecnología Acuática), ETH Zurich y la Universidad de Illinois reveló el "lado oscuro" de los juguetes de baño de plástico flexible. El problema no es tanto, o sólo, de los objetos en sí, sino de las condiciones de calor y humedad propias del baño.

    Aquí, de hecho, en el momento del baño, se crean las condiciones ideales para un crecimiento microbiano diversificado, promovido no sólo por el clima y los materiales plásticos sino también por otros objetos presentes y por los propios niños que meten los dedos en su boca, nariz, etc.

    Sobre los patos y otros objetos de goma blanda, o más bien sobre su superficie interna, podrían proliferar colonias de bacterias y hongos y, al apretar los juguetes, podría escapar un líquido turbio que atestigua la presencia de microorganismos mezclados con el agua que quedó en su interior.

    En el estudio, los expertos observaron las comunidades de bacterias y gérmenes que se encuentran en los juguetes de baño usados ​​y también realizaron experimentos controlados con juguetes nuevos, en condiciones que simulaban el uso doméstico: durante 11 semanas, algunos juguetes estuvieron expuestos a agua limpia mientras que otros a agua sucia. .

    Al abrir los juegos se encontró que en las superficies internas había entre 5 y 75 millones de células por centímetro cuadrado. La composición de las comunidades de biopelículas bacterianas varió ampliamente y se detectaron especies de hongos en casi el 60% de los juguetes de baño reales y en todos los juguetes colocados en agua sucia.

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    Se identificaron bacterias potencialmente patógenas en el 80 % de todos los juguetes estudiados, entre estos también había Legionella y Pseudomonas aeruginosa.


    "Esto podría fortalecer el sistema inmunológico, lo que sería bueno, pero también puede causar infecciones en los ojos, oídos o incluso gastrointestinales", dijo Frederik Hammes, autor del estudio.


    Son los propios juguetes los que proporcionan el entorno ideal para que proliferen estos microorganismos: los plásticos de los que están hechos, a menudo polímeros de baja calidad, que liberan cantidades sustanciales de compuestos orgánicos de carbono. Mientras se baña, el cuerpo humano suministra otros nutrientes como nitrógeno y fósforo, así como bacterias adicionales (piense en fluidos corporales como la orina y el sudor), contaminantes externos y productos de cuidado personal.

    En la práctica, dentro de los patos se pueden esconder trampas peligrosas, es mejor comprarlos de excelente calidad, lavarlos e higienizarlos con frecuencia y, si es posible, tapar el pequeño orificio con el que se rocía el agua.


    Fuente: Eewag / The Guardian

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