Los niños necesitan reglas (así como amor)

Los niños necesitan reglas (así como amor)

Los niños, sin duda, necesitan amor y afecto, pero no se debe subestimar la importancia de las reglas. De hecho, también les permiten convertirse en adultos seguros y felices.

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Los niños, sin duda, necesitan amor y afecto, pero no deben ser subestimados. la importancia de las reglas. De hecho, también le permiten ser capaz de crecer para ser adultos seguros y felices.





Educar a sus hijos de la mejor manera es el objetivo, nada fácil, de todos los padres. Como en todo, los caminos que se pueden tomar son diferentes aunque hay algunos puntos fijos como el hecho de que los pequeños necesitan reglas a seguir.

A la mayoría de los padres les cuesta dictar reglas y poner límites a los niños, a veces por debilidad (sin duda decir que no, sobre todo en algunos casos cansa), en parte por no saber hacerlo o por la dificultad de mantener el punto, frente a los inevitables caprichos que siguen.

Otra vez la empatía es el punto de partida. Conocer tus emociones y empatizar con las de los niños es fundamental para encontrar la manera adecuada de transmitir el concepto de regla a los más pequeños. Esto no quiere decir, sin embargo, que desde que se ha sintonizado con las emociones de los hijos, se les permita comportarse como mejor les parezca.Los niños necesitan tener límites y reglas pero, fundamentalmente, estas deben ser pocas y muy claras.

Porque las reglas son importantes.

Aunque inicialmente no los acepten, las reglas y los límites para los niños son importantes para darles seguridad ya que les permiten vivir situaciones que ya conocen y que de esta manera son predecibles. El niño, por tanto, sabe cómo comportarse ante lo que le sucede y aprende a moverse en el mundo.

Lo importante es que las reglas no sean demasiadas (y por lo tanto, al contrario, generen confusión en el niño) y que sean repetidas de forma constante y constante tanto por los padres como por los adultos de referencia.

Por el contrario, los niños sin reglas son niños estresados ​​y esto puede derivar en la aparición de reacciones muy fuertes o exageradas ante situaciones que no saben cómo afrontar. De hecho, al no disponer de las herramientas, se carece de la seguridad necesaria para que puedan sacar lo mejor de ella.



A menudo es difícil decir que no a sus hijos, pero es una parte importante de la relación. Como también dice el título de un conocido libro, sin ayuda para crecer y evitan que el niño sea demasiado egocéntrico o se crea omnipotente (te hablamos del síndrome del niño tirano). Como nos recuerda el psicólogo Luca Mazzucchelli:

“Un no no es necesariamente un rechazo del otro o una intimidación, sino que puede demostrar confianza en su fuerza y ​​habilidades. Es el corolario necesario de decir que sí: ambos son muy importantes”.

Pero para los padres la tarea no es fácil porque también pueden entrar en juego emociones del pasado.

“Antes de ser padre, uno es niño. Nuestros hijos en sus actitudes y en sus modalidades relacionales evocan en nosotros sentimientos, emociones y vivencias relacionadas con nuestra infancia. Esto nos lleva en nuestra relación con nuestros hijos a poner en juego ese aspecto de nosotros mismos que el análisis transaccional llama nuestro “yo niño”. Ese lado nuestro que ha absorbido emociones, estados de ánimo, vivencias relacionadas con el “vientre”, que traen movimiento dentro de nosotros”.

Consejos para enseñar a los niños a respetar las normas

Como ya hemos dicho, es fundamental que la normas son pocos y claros. Las peticiones vagas no son bien comprendidas por los pequeños que necesitan que los padres sean prácticos y se expliquen bien. Por ejemplo, decir “pórtate bien” (frase que solemos pronunciar) es una petición bastante insignificante desde el punto de vista del niño.

Importante entonces considerar la edad y evaluar si la regla es adecuada. Como nos recuerda la psicoterapeuta Giuliana Franchini, experta en edad del desarrollo y apoyo familiar:


“El niño es una fuerza activa, 'mercurio' y hay que regularlo pero toda regla debe tener sentido en función de la edad del niño y hay que fijarse en el número de las establecidas. Para un niño de tres años, las reglas pueden ser cinco-seis, las mínimas, que atañen a su vida diaria... ¡Claro, no 20!”.


Las reglas debe ser establecido por mamá y papá y continuado con firmeza por ambos. Además, los padres deben ser modelos a seguir positivos, es difícil pedirles a nuestros hijos que respeten reglas que nosotros mismos eludimos. En resumen, la consistencia es esencial.

Otra cosa útil para asegurarse de que se acepta la regla es no gritarle al niño aunque empiece a hacerlo primero. Por el contrario, bajar el tono de voz es lo que podría despistarlo y convencerlo de que te escuche.

es bueno entonces no uses comparaciones con otros niños o chantajear para conseguir lo que quieres. También es importante subrayar su compromiso de cumplir las normas cuando esto sucede con éxito. Como recuerda el Dr. Franchini:

“Cuando un niño respeta una regla, hay que recalcar, esta actitud actúa como un refuerzo y le envía al niño un mensaje claro y positivo sobre lo que hizo. Entonces querrá repetirlo espontáneamente. De esta manera, siente que ha hecho feliz al padre y crea un mecanismo por el cual querrá replicar ese comportamiento. No olvidemos que los niños nos quieren más que los adultos y quieren hacernos felices”.

Todo esto es más fácil decirlo que hacerlo. Lo único seguro es que ¡ser padre es el trabajo más difícil del mundo!

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