Dar abrazos y caricias a un recién nacido que no puede contar con la presencia y el amor de una madre y un padre: esto es lo que hacen los voluntarios de la asociación de Brescia I Bambini Dharma, que desde 2011 mima y cuida a los niños recién nacidos abandonados en hospital por sus padres.
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Dar abrazos y caricias a un recién nacido que no puede contar con la presencia y el amor de una madre y un padre: esto es lo que hacen los voluntarios de la asociación Brescia Los niños del Dharma, que desde 2011 mima y cuida a los recién nacidos abandonados en el hospital por sus padres.
Un recién nacido no sólo necesita alimentación, (numerosos...) cambios de pañales y una cuna calentita para dormir, sino también necesita cariño, calor humano y contacto físico… en una palabra, mimos, muchos mimos. Y así, en Brescia, hace algunos años, nació una asociación que tiene como objetivo donar a los niños menos afortunados, aquellos que, en los primeros momentos de su vida, no tienen una familia que los acoja, este recurso tan preciado.
Los más de trescientos voluntarios de de Los niños del Dharma, personas de todas las edades y debidamente formadas, trabajan en los hospitales de Brescia, atendiendo tanto a los lactantes como a los menores hospitalizados que han sido víctimas de malos tratos y que, por este motivo, han sido apartados de sus familias.
La actividad principal de la asociación es precisamente el "mimo", que se materializa en gestos afectivos, actividades y cuidados amorosos, que tratan de compensar en lo posible la ausencia de figuras parentales en el período más o menos largo que va desde el abandono hasta la llegada a una familia adoptiva, acogimiento o en un institución
Los voluntarios intentan crear dentro de las salas de hospital, a menudo demasiado asépticas y frías, de los espacios lo más acogedores posibles para sus pequeños clientes, construyendo a su alrededor un entorno protegido y envolvente en el que puedan encontrar todo el calor humano que necesitan y registrando los diferentes momentos de su crecimiento en un diario.
"La asociación" - se informa en el sitio web - "con los fondos que recauda, compra todo lo estrictamente necesario para crear un alojamiento confortable (llamado 'Il Guscio') compatible con los espacios limitados de una sala de hospital para compartir con los otros pacientes: una cuna, una hamaca, algunos juguetes y una canastilla".
“Al hacer esto, también tratamos de darles una historia a estos niños: el momento del nacimiento, de hecho, representa para cada ser humano el comienzo de un camino a lo largo del cual dejar 'huellas'. Para marcar estas huellas, los voluntarios recogen los pasajes y experiencias de crecimiento en un diario, que luego será entregado junto con la canastilla y efectos personales a quienes los cuidarán una vez definido un alojamiento”.
La ambición de la asociación hoy es crear una casa familiar donde los más pequeños puedan alojarse temporalmente., a la espera de ser entregados en acogimiento familiar o en adopción: un lugar alternativo al hospital, donde es más fácil mimarlos, hacerlos sentir queridos y acogidos y atender sus necesidades.
Porque a ningún niño se le debe privar jamás del calor de un abrazo.
Lisa Vagnozzi
Créditos fotográficos: Bárbara Mancini
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