¿Cuánto nos costará la economía verde?

    ¿Cuánto nos costará la economía verde?

    Hay un lugar común muy difícil de combatir, que también se repitió en la reciente cumbre de Copenhague, que un giro decisivo hacia la economía verde, con recortes importantes en las emisiones de dióxido de carbono, sería muy pesado para el bolsillo de los consumidores. Entre gastos y facturas, la elección de un estilo de producción bajo en emisiones determinaría, según se repite reiteradamente, un aumento significativo del costo de vida.



    Está a punto de acabar atropellado, su madre lo salva

    Hay una cliché muy difícil de combatir, que también se repitió con motivo de la reciente Cumbre de Copenhague, para lo cual un giro decisivo hacia la economía verde, con importantes recortes a emisiones de dióxido de carbono, sería muy pesado para los bolsillos de los consumidores. Entre gastos y facturas, la elección de un estilo de producción bajo en emisiones determinaría, según se repite reiteradamente, una aumento significativo en el costo de vida.



    Sin embargo, unos días antes de que la cumbre abriera sus puertas, sul publicación científica semanal New Scientist habia aparecido un artículo (Futuro bajo en carbono: podemos darnos el lujo de volvernos ecológicos, de Jim Giles) quien desmiente estas perspectivas citando los resultados obtenidos de un estudio de Econometría de Cambridge. La tesis subyacente del artículo es que una economía basada en la reducción de emisiones traería aumentos del costo de vida decididamente contenidos. Veamos específicamente qué es.
    La Econometría de Cambridge, una consultora que estudia datos y tendencias del mercado para crear modelos económicos y encontrar soluciones comerciales, trató de averiguar cuánto pesaría un cambio económico verde sobre los consumidores británicos. El estudio, que se basa enanálisis de las variaciones de costos de 40 entre bienes y servicios relevantes y que proyecta latendencia de sus precios a 2050, se centra por completo en Reino Unido y sobre los objetivos formulados por el gobierno británico en materia de reducción de emisiones. Sin embargo, con algunas distinciones, el análisis podría ser significativo para todas las economías desarrolladas de los países occidentales.
    Si para el 2050 elobjetivo de reducir las emisiones de CO2 en un 80% desde los niveles de 1990, el Econometría de Cambridge estimar, en el peor de los casos, un aumento de precio de menos del 2%. A estudio similar realizado para el Estados Unidos y publicado hace unos meses en la revista científica Economía energía había mostrado resultados no muy alejados de los británicos: si para 2050 las emisiones se redujeron en un 50%, se calcula que elel aumento de precios para los consumidores estadounidenses se mantendría por debajo del 5%.



    En el escenario asumido por Econometría de Cambridge, el aumento de los precios depende sobre todo deaumento de los costes relacionados con el suministro de energía, por el hecho de elegir fuentes de energía más sostenibles. Sin embargo, si este aumento afectará significativamente la facturas de electricidad, con un incremento estimado en torno al 15%, será casi completamente irrelevante para otros bienes de consumo, como por ejemplo comida, bebida y electrodomésticos. Para estos productos, de hecho, la influencia del coste de la energía en el precio final se sitúa en torno al 2%.
    Como resultado del esfuerzo por reducir las emisiones, Las fuentes de energía “tradicionales” verán un fuerte aumento en los costos: se estima que el gas natural tendrá un aumento del 160% y el precio del petróleo aumentará en un 32%. Este último aumento dará sus frutos el transporte aéreo es mucho más caro, con un aumento de precio del 140%, debido a laausencia de alternativas ecosostenibles a los combustibles fósiles. Así, un viaje Londres-Nueva York, que hoy cuesta unas 350 libras (poco menos de 390 euros) costará 840 libras (equivale a 933 euros). en el sitio de New Scientist encontrar tanto algunos de los datos surgidos del estudio que el reporte completo.
    Para que la transición a una economía baja en carbono sea menos gravosa para los ciudadanos, los gobiernos deberían tomar algunas medidas específicas: Econometría de Cambridge estima que una adecuada gestión de la situación (por ejemplo, a través de un política de incentivos para empresas y particulares que opten por fuentes alternativas o para quienes compren auto elettriche y así), podría reducir el impacto del giro verde en algunos puntos porcentuales en los bolsillos de los consumidores.



    Eso sí, 2050 aún está lejos y hay muchos factores que, en los próximos cuarenta años, podrían influir de forma decisiva en la evolución de los precios y del coste de la vida (por ejemplo, hay que tener en cuenta que el escenario previsto por Cambridge Econometrics no tiene en cuenta la actual crisis económica y sus posibles efectos a largo plazo). Por lo tanto, no podemos saber hasta qué punto tales proyecciones pueden ser realistas. Sin embargo, es bastante evidente que dejarse convencer por clichés y perseverar en viejos comportamientos en cuanto a estilos de producción y opciones energéticas no es una solución.

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