Hace diez años, el lince ibérico estaba al borde de la extinción, pero hoy, gracias a un imaginativo programa de conservación que ha atraído a cazadores, agricultores y la industria del turismo, el número se ha triplicado y es un buen augurio. Los ejemplares pasaron de 94 a 312.
Está a punto de acabar atropellado, su madre lo salva
Hace diez años, el lince ibérico estaba al borde de la extinción, pero hoy, gracias a un programa de conservación imaginativo que ha atraído a cazadores, agricultores y la industria del turismo bajo su ala, los números se han triplicado y son un buen augurio. Los ejemplares pasaron de 94 a 312.
“Todavía no podemos cantar victoria, pero ahora hay esperanza”, confirmó Miguel Ángel Simón, director del programa de recuperación del lince en Andalucía, sur de España. Hace apenas cinco años, el animal fue clasificado como "en peligro crítico", la situación era tan trágica. Pero luego llegó el nuevo proyecto, cofinanciado por la Junta de Andalucía y la Unión Europea.
Se llama lince de la vida y comenzó con la cría de linces en cautividad, por si se extinguían en estado salvaje. Pero, desde 2006, la Junta de Andalucía ha estado trabajando con agricultores y cazadores, convenciéndolos de que salvar al lince era un interés de todos. El lince, entonces, se ha convertido en un atractivo turístico de la zona, creando 31 empleos de tiempo completo, mientras que el trabajo forestal realizado bajo el programa ha proporcionado empleo a cientos de pequeñas empresas en el área.
No está mal si se tiene en cuenta que el paro alcanza el 37% en Andalucía. La segunda fase del programa busca expandir el ADN del lince en la comarca de Doñana. Por este motivo se soltaron en la zona ejemplares de Sierra Morena y, gracias al esfuerzo de un macho en concreto, apodado Caribú, El año pasado el 61% de los linces recién nacidos en Doñana descendían de los animales de Sierra Morena. La tercera fase del programa comenzará en mayo de 2014, introduciendo animales en Portugal y otras regiones.
“El lince está más amenazado que el tigre de Bengala. Durante 2001 y 2002 se realizó el censo en España y Portugal con cámaras trampa. Sólo quedaron 92 en Doñana y Andújar. En cinco años, en la primera parte del programa, la población se ha duplicado. En 2011, el censo mundial en la Península Ibérica había llegado a 312”, explica Simón.
Roberto Ragni
fuente y fotos
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