Los niveles de calor intenso en nuestras ciudades han aumentado dramáticamente desde principios de la década de 80, triplicándose en los últimos 35 años.
Está a punto de acabar atropellado, su madre lo salvaLos niveles de calor intenso en nuestras ciudades han aumentado dramáticamente desde principios de la década de 80, triplicándose en los últimos 35 años.
Actualmente, alrededor de 1,7 millones de personas (casi una cuarta parte de la población mundial) viven en áreas urbanas donde la exposición a temperaturas extremas ha aumentado en las últimas décadas. Muchos estudios realizados sobre la exposición al calor en las ciudades se han basado hasta ahora en estimaciones que no han incluido a millones de personas potencialmente en riesgo. El informe publicado recientemente, por otro lado, utilizó estimaciones satelitales de concentraciones de población en los años entre 1983 y 2016, contando la cantidad de días al año en los que más de 13.000 áreas urbanas estuvieron expuestas a calor intenso.
Resultó que casi dos tercios del aumento global de las temperaturas de las ciudades se concentra en los centros urbanos del África subsahariana y el sur de Asia - en parte debido al cambio climático y al llamado efecto 'isla de calor' (las temperaturas en las zonas urbanas son más altas que en las zonas rurales debido a los materiales utilizados para construir carreteras y edificios, como hormigón y asfalto, y a la ausencia de árboles y áreas verdes que pueden absorber calor), sino también porque el número de personas que viven en áreas densamente urbanizadas crece cada vez más: la población urbana en el mundo se ha multiplicado, de 2 mil millones en 1985 a casi 4, 5 mil millones en la actualidad.
Si bien la distribución de la población varía de una ciudad a otra, podemos decir que el crecimiento urbano ha ocurrido más rápido en las ciudades africanas donde los gobiernos no se involucraron en la planificación urbana ni en la construcción de infraestructura para satisfacer las necesidades de los nuevos residentes. Además, está claro que el fenómeno del calentamiento urbano se está intensificando en aquellas zonas -como África- ya caracterizadas por las altas temperaturas.
La población urbana está destinada a crecer aún más, y con ella la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera terrestre: esta combinación conducirá a ciudades cada vez más calurosas en los próximos años. El planeta ya ha visto aumentar su temperatura en +1°C respecto al periodo preindustrial, y la perspectiva es de un aumento adicional para 2050 (+ 1 ° C o más). Este aumento de la temperatura global, combinado con el crecimiento de la población urbana, podría conducir a un aumento del 400 % en el calor en las ciudades para 2050, y las ciudades más afectadas se ubicarán en el sur de Asia y África.
Pero eso no es todo: según los expertos serán las personas más marginadas -los pobres, las mujeres, los ancianos y los niños- quienes pagarán las mayores consecuencias de este calor insoportable y no tener acceso a aquellos recursos que podrían ayudarlos a salvaguardar su salud en condiciones de calor extremo (aire acondicionado, vacaciones en los períodos más calurosos, acceso a atención médica).
Numerosos estudios han demostrado que el calor extremo reduce la productividad laboral y el rendimiento económico; los costos más altos de alimentos y agua también están asociados con el calor. En resumen, el crecimiento de la población no es el problema en sí mismo, pero la convergencia del cambio climático junto con el crecimiento de la población ya requiere (y lo requerirá cada vez más en el futuro) esfuerzos importantes para detener los problemas de pobreza y desigualdad social.
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Fuente: La conversación
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