Cuando Gonzo comenzó a tropezarse con su cuenco hace tres años, nadie pudo explicar ni detener el rápido avance de su inesperada ceguera. Pero un veterinario dio un consejo muy simple: había que seguir haciéndolo correr. Así fue como Gonzo, Alaskan Husky del Muddy Paw Sled Dog Kennel, en New Hampshire, siguió siendo perro de trineo, compitiendo en la nieve o paseando turistas, gracias a la inestimable ayuda de su fiel hermano Poncho.
Cuando Gonzo comenzó a tropezarse con su tazón hace tres años, nadie pudo explicar o detener la rápido avance de su inesperada ceguera. Pero un veterinario dio un consejo muy simple: había que seguir haciéndolo correr. Así es como Gonzo, Husky de Alaska del criadero de perros de trineo Muddy Paw, en New Hampshire, siguió siendo un perro de trineo, compitiendo en la nieve o paseando a los turistas, gracias a la inestimable ayuda de su fiel hermano Poncho.
"Cuando tienes un perro como Gonzo, con tanta necesidad y tantas ganas de correr y salir, intentas ver qué pasa", dice Ben Morehouse, gerente de la perrera que acoge antiguos perros de trineo profesionales y antiguos perros de rescate. Ben inmediatamente se dio cuenta de que algo extraordinario estaba pasando: los dos perros se comunicaban durante las carreras y, al contrario del comportamiento típico de los perros entrenados para tirar de trineos que dejan atrás a los demás en caso de caída, Poncho siempre estaba listo para ofrecer una "pata" al hermano necesitado.
“Gonzo corría con la cabeza vuelta a la derecha, por usar el oído y el olfato para orientarse, pero cuando no entendía el sentido de una curva o la velocidad a la que tomarla, se apoyaba en Poncho. El hermano, en vez de rebelarse, hayo lo ayudó y lo acompañó -añade el dueño de la perrera, Neil Beaulie-. Una vez los había llevado a lo largo de una cresta. La nieve era profunda, pero blanda. Gonzo se acercó demasiado al borde y resbaló. Poncho, en lugar de continuar, hundió la cabeza en la nieve, agarró a su hermano con los dientes y lo levantó. Juntos retomaron el ritmo de carrera como si nada. He pasado mi vida en trineos, pero algo así nunca lo había visto".
Así, a pesar de la vida dificil de los perros de trineo, Poncho y Gonzo siguen correr lado a lado, demostrando a los que solo querían aprovechar sus capacidades que la eficiencia no lo es todo: Gonzo y Poncho ciertamente no son los perros de trineo más eficientes del mundo, pero calientan el corazón más que cualquier otra cosa. Y cuando se trata de correr, no quieren batir récords de velocidad ni presionar más de lo que pueden. ellos solo quieren divertirse en la nieve. Juntos. Para esto son los Los mejores perros de trineo del mundo.
Roberto Ragni
Crédito de la foto: AP Photo/Jim Cole
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