Un estudio realizado por el Centro de Cognición Canina de Arizona de alrededor de 400 cachorros de labrador y golden retriever reveló que los perros entienden el lenguaje corporal de los humanos gracias a sus genes.
Los perros tienen habilidades extraordinarias, incluida la capacidad de comprender el lenguaje corporal humano con gran facilidad. Los científicos se han preguntado durante mucho tiempo si esta capacidad era genética o más bien el resultado de un aprendizaje adquirido del tiempo. Ahora, gracias a un estudio realizado porCentro de cognición canina de Arizona en colaboración con la asociación Canine Companions for Independence, finalmente se ha desvelado el "misterio".
La investigación, que involucró una muestra de alrededor de 400 cachorros de labrador y golden retriever, confirmó que la inteligencia social de los perros es genética. "Usar cachorros para responder a esta pregunta es un gran enfoque", explica Heidi Parker, genetista del Dog Genome Project de los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. "El comportamiento es el Santo Grial de la genética canina".
Para obtener una imagen más clara del comportamiento de los perros, los investigadores decidieron centrar el estudio en un grupo de 375 Cachorros Labrador y Golden Retriever de 8 semanas. La elección de la edad no fue accidental: tenían la edad suficiente para participar en el experimento, pero lo suficientemente jóvenes como para haber tenido muy poca interacción con la gente.
Pero estudiar cientos de cachorros no fue tarea fácil. “Trabajar con cachorros es como tener niños pequeños”, dijo Evan MacLean, director del Centro de Cognición Canina de Arizona. - “Es un equilibrio de momentos extraordinariamente lindos y gratificantes y la frustración te lleva al borde de la locura. No hay nada que no se pueda masticar o ensuciar con orina, incluido todo el equipo de investigación, la ropa y tu cuerpo".
Tres pruebas para estudiar el comportamiento de los cachorros
Los investigadores sometieron a los cachorros de Labrador y Golden Retriever a tres pruebas. En primer lugar, les mostraron a los cachorros dos vasos volcados, señalando el que contenía un caramelo. En la mayoría de los casos (2/3 de las veces) los animales entendieron el gesto, al igual que los perros adultos. Pero, al repetir el ejercicio, no mostraron signos de mejora, lo que sugiere que no estaban aprendiendo el comportamiento.
Para el segundo experimento, un investigador habló durante unos 30 segundos, usando sonidos agudos y diciendo una serie de frases a los cachorros, incluyendo “¡Oye, bebé! Mírate, eres un buen cachorro". En este caso, los perros pasaron una media de 6 segundos mirando a la persona que les hablaba. Tal contacto visual es raro entre los mamíferos y es una base importante para la interacción social con las personas.
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Para la prueba final, los investigadores enseñaron a los cachorros a encontrar comida escondida en un recipiente de plástico y luego lo sellaron con una tapa. A diferencia de los perros adultos, que suelen darse por vencidos después de unos segundos pidiendo ayuda a los humanos, los cachorros en cuestión rara vez han buscado ayuda en los científicos. "Los cachorros parecen ser sensibles a los humanos que reciben información, pero no parecen saber que pueden solicitar nuestra ayuda", explica MacLean.
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Para confirmar que los comportamientos eran realmente genéticos, los investigadores analizaron sus pedigríes para ver el nivel de correlación entre los diferentes perros. Luego compararon esa correlación con el desempeño de los perros en las diversas pruebas. Y resultó que alrededor del 43 % de la variación en el rendimiento se debió a su propia genética.
Pero el estudio científico llevado a cabo por el Centro de Cognición Canina de Arizona no se detiene ahí y pronto podría replicarse también con otras razas de perros. Además, MacLean y su equipo de investigadores están listos para analizar el genoma completo de los cachorros que participaron en las tres pruebas para arrojar más luz sobre las increíbles habilidades de los perros.
Fuente: Ciencia/Facebook
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