Según un estudio realizado en California, uno de los mejores materiales para hacer mascarillas es la seda, que es hidrófuga y antimicrobiana.
¿Cuál es el mejor material para hacer mascarillas? Un estudio realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de California comparó diferentes tejidos y fibras para evaluar su eficacia protectora, encontrando un material especialmente adecuado en la seda.
Al inicio de la pandemia del coronavirus, la esposa de Patrick Guerra, especialista en radiología, utilizó una mascarilla respiratoria N95 que luego cubrió con una mascarilla quirúrgica descartable para prolongar su uso. En teoría había que cambiarlos después de cada paciente, dado el riesgo, pero los recursos eran escasos.
El profesor Guerra, profesor de biología en la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Calfornia, decidió entonces investigar la posibilidad de utilizar la seda como material alternativo para las máscaras que, así compuestas, pudieran lavarse, esterilizarse y reutilizarse.
Guerra, que estudia la compleja arquitectura de los capullos de los gusanos de seda, se preguntó si una mascarilla hecha con este preciado tejido podría actuar como una barrera protectora como, o mejor, una N95 (que filtra al menos el 95% de las partículas en suspensión en el aire, incluida la posible presencia del coronavirus). Esta intuición nació de la observación de capullos que son naturalmente repelentes al agua.
Luego, él y su equipo probaron diferentes tipos de telas, como algodón, polipropileno (el material utilizado en muchas máscaras quirúrgicas desechables) y seda para ver cuál era más probable que repelera la humedad y, en particular, las gotas de aerosol emitidas por quienes tosen o estornudan y quienes, como ahora se sabe, son un peligroso vehículo de transmisión del SARS-CoV-2.
© Plos uno
Su investigación, publicada en Plos One, mostró que la seda era, con mucho, el mejor material, no solo porque es extremadamente repelente al agua, sino también por el hecho de que es altamente respirable. Además, ambas propiedades se mantienen incluso después de repetidos lavados.
“La hipótesis actual es que el coronavirus se transmite a través de gotitas respiratorias. Si estuviera usando capas de seda, esto evitaría que las gotas penetraran y fueran absorbidas. El trabajo reciente de otros investigadores también ha encontrado que aumentar las capas de seda mejora la eficiencia de filtración. Esto significa que el material de seda puede repeler y filtrar las gotas. Y esta función mejora con la cantidad de capas”, dijo Guerra.
Otra ventaja, explica el profesor, es que eluna seda tiene propiedades antimicrobianas, antibacterianas y antivirales naturales que podría ayudar a protegerse del virus.
Los estudios han demostrado que el cobre, en particular, puede matar bacterias y virus al contacto. Y aquí es donde las pequeñas orugas tienen su "superpoder" como lo definió Guerra:
“El cobre es la gran moda ahora. La seda contiene cobre. Las polillas de seda domesticadas comen hojas de morera. Incorporan cobre de su dieta a la seda”
Ahora, el mismo equipo de investigación quiere comprender cuánto tiempo sobrevive el virus en la seda y otros materiales.
Probablemente sea útil para contrarrestar el coronavirus, pero tal vez sería mejor centrarse en otros materiales dado que La producción de seda ciertamente no está libre de crueldad.. Los gusanos de seda, de hecho, para producir este preciado y costoso material, son explotados y una vez que han hecho su trabajo (es decir, han producido la seda) son asesinados, antes de tener la oportunidad de convertirse en mariposas.
Fuentes: Science Daily / Plos One
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