Salsa de tomate amigable con el intestino. Estimula las bacterias buenas.

    Salsa de tomate amigable con el intestino. Estimula las bacterias buenas.

    Especialmente cuando se cocina, la salsa de tomate es capaz de activar las bacterias intestinales que protegen nuestra salud.

    ¡Salsa de tomate amigable con el intestino! Especialmente cuando se cocina, la salsa es capaz de activar las bacterias intestinales que protegen nuestra salud. Por lo tanto, la salsa de tomate no solo es una fuente preciosa de poderosos antioxidantes, sino que también tiene una importante acción probiótica.





    Así lo confirman los investigadores españoles de la Universitat Politècnica de València, que en una investigación publicada en el Journal of Functional Foods se basan en los denominados "alimentos funcionales", es decir, aquellos que además de tener un alto valor nutricional , tienen un efecto beneficioso sobre el organismo y reducen el riesgo de padecer determinadas enfermedades.

    Y este efecto beneficioso no depende sólo de la cantidad de componentes bioactivos en el alimento, sino también y sobre todo de los cambios que sufren los alimentos durante el proceso digestivo, que afectan a su "bioaccesibilidad" y "biodisponibilidad".

    Partiendo de este supuesto, los estudiosos valencianos han evaluado el impacto de algunos antioxidantes en tomate, compuestos fenólicos y licopeno, sobre la vitalidad del microorganismo probiótico lactobacillus reuteri, y viceversa, a lo largo del proceso digestivo. Así ocurrió como la presencia de compuestos los antioxidantes protegen la cepa probiótica de la pérdida de vitalidad que se produce durante la digestión, obteniendo un mayor efecto cuando proceden de salsa de tomate cocida y no cruda.

    Básicamente, los análisis mostraron que cocinar tomates fortalece el licopeno y lo hace capaz de sobrevivir al proceso digestivo y por lo tanto disponible para ser absorbido por el cuerpo.

    El licopeno aumenta el efecto probiótico al apoyar el crecimiento de bacterias saludables en el intestino. En concreto, los investigadores se centraron en la acción de L. reuteri, una de las bacterias más importantes para el intestino, y encontraron interacciones efectivas entre los antioxidantes de la salsa de tomate y esta bacteria para mejorar la salud.

    Recuerda también que, además del licopeno, la salsa de tomate simple, quizás hecha con una fritura ligera a base de aceite de oliva virgen extra, ajo o cebolla, también contiene carotenoides, vitamina C y unas 40 sustancias antioxidantes útiles para el bienestar del corazón y para prevenir enfermedades graves como el cáncer.



    Ahora aprovechemos el verano para hacer salsas go go con tomate fresco y, de cara al próximo invierno, por qué no prepararnos unos buenos pasteles?

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    Germana Carillo

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