¿Prefieres el chocolate amargo y el café amargo? es porque te estas haciendo viejo

    Si prefieres los sabores amargos a los dulces, probablemente seas un adulto o una persona mayor.

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    Si prefieres los sabores amargos a los dulces, probablemente eres un adulto o una persona mayor. De hecho, parece que, con el paso de los años, el gusto cambia pasando de un tipo de preferencia a otro. Esto es lo que surge de una investigación realizada en EE.UU.





    Lo más probable es que no te gustara el café amargo cuando eras joven y tal vez ahora no puedas vivir sin él. Lo mismo también puede haber ocurrido con otros alimentos como el chocolate: si tu preferencia ha cambiado de leche a oscuro con los años, ¡nada raro!

    Todo esto tiene una explicación, al menos según una investigación publicada en la revista Physiology & Behavior. La razón probablemente radica en el hecho de que te estás haciendo mayor.

    La investigación, realizada por Julie A. Mennella y Nuala K. Bobowski de la Universidad de Filadelfia, ha demostrado que la capacidad de apreciar los sabores dulces disminuye con los años. Cuando el niño llega a la adolescencia, de hecho, adquiere nuevas preferencias y por eso es más probable que opte por un café amargo en lugar de una bebida llena de azúcares.

    ¿Prefieres el chocolate amargo y el café amargo? es porque te estas haciendo viejo

    Los científicos han descubierto que el paladar cambia con los años. Los bebés recién nacidos prefieren los sabores dulces, ya que el primer alimento que experimentan es la leche materna e incluso antes de nacer, el pequeño ya tiene la capacidad de percibir estos sabores.

    Al comienzo de nuestra vida, la necesidad de dulces está ligada a la creciente necesidad de calorías útiles para el desarrollo. No es casualidad, de hecho, que la preferencia por los dulces disminuya precisamente durante la adolescencia, que coincide con el final del crecimiento físico.

    El declive de esta preferencia comienza ahí mismo, es entonces cuando, con el avance de la edad, los hábitos y gustos cambian. Por lo tanto, es más fácil que los adultos y los ancianos prefieran el café amargo, las aceitunas, el vino, la cerveza, etc.

    ¿Te reflejas en este tipo de preferencias o te has quedado un poco infantil y sigues apreciando mucho los alimentos dulces?



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