Las prácticas aterradoras de detener la ventilación y ahogarse con espuma contra incendios todavía están autorizadas por ley en las granjas estadounidenses. Una crueldad sin precedentes contra la que las asociaciones defensoras de los animales estadounidenses llevan tiempo luchando (en vano)
Está a punto de acabar atropellado, su madre lo salva
En las granjas de Estados Unidos, los animales suelen ser sometidos a indecibles atrocidades: cerdos, pollos y otras especies son asfixiados con espuma contra incendios y en otros casos con vapor hirviendo. Todas prácticas brutales, prohibidas desde hace algún tiempo en los países de la UE, pero que lamentablemente siguen siendo legales en EE.UU. La propagación de brotes de aviar en todo el mundo han reavivado el debate entre las asociaciones animalistas estadounidenses que temen verdaderas masacres, como las que se han producido en los últimos años. De hecho, en 2015, se sacrificaron más de 50 millones de pollos y pavos para contener la gripe aviar.
Y en las últimas semanas, el Departamento de Agricultura de EE. UU. informó algunos brotes en granjas avícolas de Maryland y Dakota del Sur. Y en caso de epidemias, las soluciones más populares son precisamente las más sangrientas por cuestiones logísticas y de tiempo. De hecho, la mayoría de los granjeros optan por matar pollos y pavos infectados envenenándolos con dióxido de carbono o asfixiándolos con espuma contra incendios. Según estimaciones del Servicio Nacional de Estadísticas Agrarias, cada año en la ganadería intensiva se más de 170 millones de animales (principalmente pollos, cerdos y vacas) que mueren a causa de virus u otras enfermedades.
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Sofocar con espuma contraincendios y cortar la ventilación, dos prácticas terroríficas a abolir
En particular, dos prácticas inhumanas siguen siendo legales en los Estados Unidos. El primero es el de asfixiar a los animales con espuma extintora, que obstruye las vías respiratorias de pollos y pavos y otras especies, causándoles una muerte terrible. El segundo, en cambio, está representado por el llamado paro de ventilación, que consiste en bombear vapor caliente (incluso hasta 120 °C) en los estrechos espacios de la granja donde se encuentran los cerdos hasta que se asfixian. No todos mueren de inmediato. Muchos especímenes permanecen vivos y continúan sufriendo hasta que son asesinados a tiros.
A medida que los mataderos cierran debido al COVID-19, las granjas tienen un exceso de animales de los que "deshacerse". El aturdimiento con perno cautivo es...
Publicado por Direct Action Everywhere – DxE el jueves 14 de mayo de 2020
De hecho, las pautas de la Asociación Médica Veterinaria Estadounidense (AVMA, por sus siglas en inglés) establecen que este último método solo debe usarse si es capaz de matar al 95 % o más de los animales en una hora, pero una encuesta reciente realizada por la asociación por los derechos de los animales Direct Action Everywhere (DxE) ha confirmado que la muerte puede ocurrir incluso después de dos horas y media de sufrimiento atroz.
Cargos de entrada ilegal retirados para el investigador que expuso el "cierre de la ventilación"
¡Se bajaron los cargos! El caso del investigador Matt Johnson, que expuso cerdos asados vivos, fue desestimado, ya que la compañía se niega a testificar sobre sus acciones.
Publicado por Direct Action Everywhere – DxE el jueves 28 de enero de 2021
En la UE, matar animales por asfixia o estrés por vapor sería ilegal, aunque se podría obtener una exención de emergencia cuando no se disponga de alternativas adecuadas, explica Peter Sandøe, profesor de bioética en la Universidad de Copenhague. - Esta es la principal diferencia cuando se trata de la UE: en realidad tenemos estándares regulatorios comunes con respecto al bienestar animal en las granjas, que no se encuentran en los Estados Unidos a nivel federal.
El año pasado, un grupo de miembros de AVMA presentó una resolución para desalentar estos métodos brutales, pero no se introdujo ninguna ley para prohibirlos.
Varias organizaciones de bienestar animal, incluida DxE, están presionando a las autoridades federales para prohibir estas terribles prácticas. Prohibirlos no solo significaría proteger a los animales, sino que ayudaría a proteger la salud mental de los trabajadores. Según un estudio realizado por DxE, de hecho, el 10% de los veterinarios implicados en la matanza de cerdos de empresa pensó en el suicidio y el 23% admitió necesitar apoyo psicológico.
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Fuentes: AVMA / DxE
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