¿Olvidar las cosas? ¡Es un síntoma de inteligencia! El cerebro se optimiza para dar cabida a lo nuevo.

    ¿Olvidar las cosas? ¡Es un síntoma de inteligencia! El cerebro se optimiza para dar cabida a lo nuevo.

    ¿Eres de esas personas que tienden a olvidar las cosas, especialmente las más repetitivas? Es un signo de inteligencia y de que tu cerebro está funcionando bien. Una especie de optimización que le permite hacer espacio para tomar las decisiones correctas.


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    ¿Eres de esas personas que tienden a olvidar las cosas, especialmente las más repetitivas? Es un signo de inteligencia y de que tu cerebro está funcionando bien. Una especie de optimización que le permite hacer espacio para tomar las decisiones correctas.




    En definitiva, olvidarse de decidir. Nuestro ingenioso cerebro desecha la información que considera superflua y nos permite gestionar mejor las más preciadas para encarnar un verdadero proceso de toma de decisiones.

    Según un interesante artículo, la razón de tal "limpieza" es fácil de decir: todos tenemos una cantidad limitada de recuerdos que podemos conservar en el tiempo y al mismo tiempo existe un proceso preciso que guía y optimiza la "decisión inteligente". "hacer" tendencia. Al hacerlo, nos será más o menos fácil entender qué tipo de información es más valiosa.

    No es casualidad que ese artículo se titule: “La Persistencia y Transitoriedad de la Memoria”, es decir “La Persistencia y Transitoriedad de la Memoria”, indicando que se le da un rostro y una importancia a la transitoriedad de la información, señalando un cambio de enfoque. al estudio de la memoria y sus mecanismos de aprendizaje y negando la idea de los neurocientíficos de que la incapacidad para recordar era solo una falla de los mecanismos del cerebro.

    Blake Richards y Paul Frankland, psicobiólogos de la Universidad de Toronto y autores del artículo, proponen más bien que el objetivo de la memoria no es tanto transmitir la información más precisa a lo largo del tiempo, sino guiar y optimizar la toma de decisiones inteligente guardando sólo información valiosa.

    “Es importante que el cerebro olvide los detalles irrelevantes y, en su lugar, se concentre en las cosas que ayudarán a tomar decisiones en el mundo real”, dice Richards.

    El documento examina la literatura sobre el recuerdo, conocida como "persistencia", y aborda un nuevo cuerpo de investigación sobre el olvido o la transitoriedad. El aumento reciente en la investigación de los mecanismos cerebrales que promueven el olvido está revelando que la el olvido es igualmente importante en nuestro sistema de memoria.


    "Encontramos mucha evidencia de investigaciones científicas recientes de que existen mecanismos que promueven la pérdida de memoria y que estos son diferentes de los involucrados en el almacenamiento de información", dice Frankland.


    Uno de esos mecanismos es el debilitamiento o la eliminación de las conexiones sinápticas entre las neuronas en las que se codifican los recuerdos, mientras que otro mecanismo sería la generación de nuevas neuronas a partir de células madre. A medida que las nuevas neuronas se integran en el hipocampo, las nuevas conexiones remodelan los circuitos del hipocampo y sobrescriben los recuerdos almacenados en esos circuitos, haciéndolos más difíciles de alcanzar. Esto podría explicar por qué los bebés, cuyo hipocampo produce más neuronas nuevas, olvidan tanta información.

    ¿No es que el cerebro desperdicia más energía de esta manera? Aparentemente no, también porque, según Frankland y Richards, la interacción entre recordar y olvidar en el cerebro humano nos permitiría tomar decisiones más inteligentes basadas en la memoria. Y lo hace de dos maneras: en primer lugar, el olvido nos permite adaptarnos a situaciones nuevas al dejar de lado información desactualizada y potencialmente engañosa que ya no puede ayudarnos a manejar entornos cambiantes.

    La segunda forma de olvidar para facilitar la toma de decisiones es permitirnos generalizar hechos pasados ​​a otros nuevos. En inteligencia artificial este principio se llama "regularización" y funciona mediante la creación de modelos informáticos simples que priorizan la información principal pero eliminan detalles específicos, lo que permite una aplicación más amplia: con una función similar, nuestro cerebro prioriza la información principal, quizás eliminando detalles innecesarios. .

    Los recuerdos en el cerebro funcionan de manera similar. Cuando solo recordamos la parte central de una reunión, por ejemplo, con respecto a cada detalle, este "olvido" de los detalles más insignificantes en realidad crea recuerdos simples que son más efectivos para predecir nuevas experiencias.


    En última instancia, estos mecanismos están respaldados por lamedio ambiente donde estamos. Un entorno en constante cambio puede requerir que recuerde menos. Por ejemplo, un cajero que conoce a muchas personas nuevas todos los días solo recordará los nombres de sus clientes durante un breve período de tiempo, mientras que un diseñador que se reúne periódicamente con sus clientes conservará esta información durante más tiempo.


    “Una de las cosas que establece un entorno en el que quieres recordar cosas frente a un entorno en el que quieres olvidar cosas es la cuestión de qué tan coherente es el entorno y qué tan probable es que las cosas vuelvan a tu vida”, concluye Richards.

    Del mismo modo, la investigación muestra que los recuerdos episódicos de las cosas que nos suceden se olvidan más rápidamente que el conocimiento general al que accedemos a diario, lo que respalda el viejo dicho de que si no lo usas, lo pierdes.

    ¿Conclusión? Nuestro cerebro nos ayuda a "evolucionar" eliminando lo viejo y lo inútil para dejar espacio a lo nuevo. ¿No es extraordinario?

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    Germana Carillo

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