No solo radiadores, cómo ahorrar en agua caliente también (reduciendo facturas y desperdicios)

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Veamos algunos buenos hábitos para ahorrar en el consumo de agua caliente, para gastar menos energía y menos agua

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Veamos algunos buenos hábitos para ahorrar en el consumo de agua caliente, para gastar menos energía y menos agua





El consumo de agua caliente es un ítem que pesa mucho en la factura del gas, especialmente en invierno, cuando hacemos más uso de esta comodidad que en la temporada estival. Ya hemos visto cómo utilizar los radiadores de forma consciente para evitar derrochar energía y calor. Ahora también vemos algunas técnicas efectivas para ahorrar energía en el calentamiento de agua caliente, en beneficio de nuestra billetera, pero también para el medio ambiente.

Pequeñas precauciones para ahorrar todos los días

En primer lugar, cada vez que abramos el grifo, preguntémonos si realmente es necesario activar la caldera durante esos minutos que usaremos agua -por ejemplo, si nos lavamos un momento las manos o los dientes, o si enjuague rápidamente algo: la activación de la caldera requiere un gasto masivo de energía y tiempo, y esto nos obliga a permanecer unos minutos frente al grifo abierto esperando que el agua se caliente, con un desperdicio innecesario de agua antes que energía.

Por eso, de vez en cuando, sería mejor prescindir del agua caliente y no desperdicies el recurso. Si por el contrario no podemos renunciar al agua caliente cuando nos lavamos las manos (sobre todo en días de mucho frío como estos), podemos recoger el agua en una palangana que dejamos correr a la espera de que se caliente, así que podamos reutilizarlo para otros usos (por ejemplo, para vaciar el baño).

Incluso la adopción de reductores de caudal puede representar una ayuda válida para reducir nuestro consumo de agua (fría o caliente): se trata de accesorios que se pueden adquirir por unos pocos euros en ferretería y que permiten reducir el chorro de agua que sale de los grifos . Para nosotros, la diferencia puede parecer mínima, pero a la larga, ¡los ahorros son realmente notables!



Para favorecer también el ahorro energético, se puede pensar en la instalación de mezcladores de bajo consumo que permitan, además de un menor derroche de agua, también la consecución de temperaturas no muy elevadas, para no desperdiciar demasiada energía: es posible instalar un limitador de temperatura al que puedan llegar nuestros grifos para reducir aún más el consumo energético.

El tiempo que transcurre entre la apertura del grifo y la salida del agua caliente depende de varios factores, como la distancia entre el grifo y el sistema de calentamiento de aire, el nivel de eficiencia del sistema, la temperatura ambiente. Para superar el problema del tiempo, podemos invertir en uno bomba de circulación de agua - un pequeño electrodoméstico colocado delante del grifo que permite tener agua caliente sin desperdicios nada más abrir la fuente: son pequeños electrodomésticos que podemos instalar en la cocina o el baño, y que permiten un fuerte ahorro de agua caliente .

¿Caldera o Caldaia?

La caldera tradicional tiene el doble objetivo de permitir que el sistema de calefacción funcione y produzca agua caliente. los caldera, o calentador de agua, está presente en los apartamentos que están equipados con un sistema de calefacción central y, por lo tanto, no requieren la caldera para activar los radiadores. El calentador de agua puede ser eléctrico (económico pero poco potente y bastante contaminante) o un gas (más caro tras la activación, pero promete facturas más bajas a largo plazo).

Es preferible elegir una caldera en caso de calefacción independiente y de una unidad familiar no demasiado numerosa (AQUÍ puede encontrar algunos consejos sobre cómo elegir la caldera correctamente). Si por el contrario la familia es muy numerosa, se puede contemplar la idea de instalar una caldera y una caldera a la vez (en este caso sería recomendable instalar una caldera con caldera integrada).



Sin embargo, es importante prestar atención a la ubicación de la caldera: es mejor colocarla cerca de los grifos del baño o de la cocina, para que el agua viaje menos "camino" para salir caliente en nuestras manos, reduciendo así el desperdicio de energía. Una solución válida sería utilizar la caldera para calentar el agua sanitaria de los baños, e instalar una pequeña caldera en la cocina, reservando su uso únicamente para lavar platos o preparar alimentos.

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