Las mujeres son la solución para un mundo mejor, sin hambre y sin pobreza. Son el impulso para que prospere la agricultura rural, un verdadero pilar en el trabajo agrícola.
Las mujeres son la solución para un mundo mejor, sin hambre y sin pobreza. Son el impulso para que prospere la agricultura rural, un verdadero pilar en el trabajo agrícola.
Así lo admitió el director general de la FAO, José Graziano Da Silva, durante una reunión internacional en diciembre pasado en la que, además de la FAO, participaron el Fondo Mundial de Desarrollo Agrícola, la Comisión Europea y la protegida ONU Mujeres.
“Lograr el igualdad de género y dell 'empoderamiento de la mujer no solo es algo correcto sino que es un ingrediente esencial en la lucha contra la pobreza extrema, el hambre y la desnutrición”- subrayó Da Silva.
Las mujeres representan el 45% de la mano de obra agrícola en los países en desarrollo, porcentaje que alcanza el 60% en algunas zonas de África y Asia.
Estos datos subrayan la importancia de garantizar que las mujeres que viven en zonas rurales tengan las mismas oportunidades de acuerdo con las directrices generales de la FAO.
Hay que dar oportunidades a las mujeres porque cuando las tienen saben aprovecharlas para aumentar los ingresos agrícolas y los cultivos. Las mujeres saben cómo administrar mejor los recursos naturales y, en consecuencia, aumenta la seguridad alimentaria.
Por ello según la FAO las mujeres rurales son la solución para alcanzar todos los objetivos del desarrollo sostenible y liberar al mundo del hambre y la pobreza.
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A menudo se dice que si una mujer es educada, toda una generación es educada. Lo mismo sucede cuando ayudas a las mujeres en cualquier ámbito, accediendo a empleos y educación y dándoles voz.
Sin embargo, las estadísticas actuales indican que el mundo no lo está logrando, según la FAO.
Los rendimientos agrícolas aumentarían en casi un tercio si las mujeres tuvieran el mismo acceso a los recursos que los hombres. Como resultado, habría muchas menos personas hambrientas en el mundo.
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I niños también tienen mejores perspectivas para el futuro cuando sus madres están sanas, educadas y tienen recursos económicos.
En particular:
- En los países en desarrollo, las mujeres constituyen el 45 % de la mano de obra agrícola: del 20 % en América Latina al 60 % en partes de África y Asia.
- En los países en desarrollo de África, Asia y el Pacífico, las mujeres suelen trabajar 12-13 horas a la semana más que los hombres.
- En todas las regiones, las mujeres tienen menos probabilidades que los hombres de poseer o controlar la tierra. Menos del 20% de los propietarios de tierras del mundo son mujeres. Según la FAO, esta brecha de género debe cerrarse.
- Si las mujeres campesinas tuvieran el mismo acceso a los recursos que los hombres, la cantidad de personas hambrientas en el mundo podría reducirse drásticamente.
- Las mujeres reinvierten hasta el 90% de las ganancias en sus familias, el dinero se gasta en alimentos, atención médica, escuelas y actividades generadoras de ingresos, lo que ayuda a romper el ciclo de la pobreza intergeneracional.
Según el presidente del FIDA, Kanayo F. Nwanze:
“La igualdad de género debe fortalecer la seguridad alimentaria y nutricional de las comunidades rurales y mejorar su bienestar social y económico”.
Si, en definitiva, realmente queremos acabar con la pobreza y el hambre de una vez por todas, necesitamos extender todo nuestro apoyo a las mujeres viviendo en áreas rurales porque son la base de la seguridad alimentaria y económica para sus familias y para el mundo.
marta albe
