Monsanto, qué miedo: la rosa transgénica que nunca se desvanece

    Monsanto quiere patentar la rosa que no se marchita. Presentó una solicitud de patente con un método que permitiría que las flores permanecieran como están después de la cosecha, con especial referencia a las rosas, los claveles y las petunias.

    Monsanto quiere patentar uno rosa que no se marchita después de la cosecha. Presentó una solicitud de patente con un método que permitiría que las flores permanecieran como están después de ser recogidas, con especial referencia a las rosas, los claveles y las petunias.





    La multinacional de los OGM no se contenta con expandir su poder en el sector agrícola y alimentario sino que extiende sus tentáculos en el mundo de la floricultura. El objetivo en cualquier caso es claro: aumentar dramáticamente la producción sin tener en cuenta los ritmos y ciclos de la naturaleza.

    Monsanto ahora es conocido en todo el mundo como productor de semillas transgénicas y herbicida Roundup basado en glifosato, una sustancia que el año pasado probablemente fue declarada cancerígena por la IARC y que cada vez más estados están considerando prohibir porque corre el riesgo de representar una amenaza para el medio ambiente y la salud.

    La multinacional quiere imponer el monopolio de las semillas transgénicas resistentes a los herbicidas, incluido el Roundup que ella misma produce. Las rosas se encuentran entre las flores más queridas y vendidas del mundo, especialmente en forma de flores cortadas. He aquí entonces que crear rosas que no se marchiten podría transformar el mundo de floricultura y permitir que Monsanto obtenga nuevas ganancias económicas.

    Monsanto está tratando de patentar uno modificación temporal del ADN de las rosas, claveles y petunias para limitar la producción de sustancias que hacen que estas flores se marchiten. Es uno de los intentos de la multinacional por desarrollar modificaciones geneticas temporales, mientras que en el caso de las semillas transgénicas, estas modificaciones son permanentes.

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    Monsanto, qué miedo: la rosa transgénica que nunca se desvanece

    Con esta idea le gustaría detener la producción de etileno en flores cortadas, una sustancia que se genera naturalmente y hace que se marchiten después de la cosecha. El gas etileno, por ejemplo, se utiliza en algunos casos a nivel industrial para acelerar la maduración de la fruta. La solicitud fue presentada por Monsanto ante la Oficina de Patentes y Marcas Registradas de los Estados Unidos.



    Monsanto, qué miedo: la rosa transgénica que nunca se desvanece

    Quienes apoyan esta posibilidad subrayan que la novedad podría ayudar al sector de la floricultura a usar menos químicos durante el transporte de las flores cortadas para conservarlas por más tiempo, pero quienes critican la idea recuerdan que los pequeños floricultores ciertamente no podrán pagar los costos de la patente. .


    Además, apoyar esta innovación de Monsanto significaría contribuir al crecimiento de una multinacional que quiere monopolizar la agricultura mundial mediante la difusión de cultivos transgénicos y herbicidas, en detrimento de la biodiversidad y la agricultura sostenible.


    Más vale que las rosas sigan creciendo de forma natural en nuestros jardines, ¿no crees?

    marta albe

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