Los tiranosaurios no pudieron seguir el ritmo de sus crías: sus huellas demuestran la dificultad de los ejemplares mayores para moverse
Está a punto de acabar atropellado, su madre lo salvaLos T-Rex adultos no podían seguir el ritmo de sus crías, al menos a juzgar por sus huellas. Una investigación basada en la comparación de las huellas fósiles de varios ejemplares de esta especie de dinosaurio demuestra la dificultad de los ejemplares mayores para moverse con rapidez.
Investigadores de la Universidad de Nueva Inglaterra descubrieron que los tiranosaurios jóvenes eran mucho más rápidos que sus padres, lo que sugiere que los adultos tenían dificultades para seguir el ritmo de los cachorros. Esto probablemente se debió a la importante diferencia de tonelaje entre jóvenes y adultos, según el equipo.
El descubrimiento se basa en una serie de huellas fosilizadas de tiranosaurios, que ayudaron a comprender cómo se movían estos animales en diferentes etapas de su desarrollo.
"Se creía que los tiranosaurios adultos eran más robustos que los especímenes más jóvenes debido a sus patas traseras relativamente más cortas y sus cráneos más masivos, pero hasta ahora nadie ha explorado las diversas etapas de crecimiento utilizando huellas fósiles, que son las únicas capaces de darnos una idea". instantánea de las piernas tal como aparecieron, con los contornos de las partes blandas y carnosas de las extremidades que rara vez se han conservado”, explica Nathan Enríquez, autor del estudio. "Los resultados sugieren que, a medida que los tiranosaurios se volvían más y más pesados, sus patas también se volvían más voluminosas".
Hay varios elementos que influyen en la forma final de una huella: composición y propiedades del suelo, posición exacta del animal que dejó la huella, geografía de la superficie, solo por nombrar algunos. Por esta razón, a menudo es difícil interpretar estos rastros que quedan en el suelo, especialmente los fósiles. Esto explica por qué, hasta ahora, las huellas fósiles rara vez se han utilizado para comprender el proceso de crecimiento de los dinosaurios. La serie de huellas utilizadas para este estudio, sin embargo, aún se encuentran en excelentes condiciones y muestran huellas pertenecientes a individuos de la misma especie pero de diferentes edades.
(Lea: Así se veía el cachorro de T-rex, un tierno manojo de plumas)
Después de seleccionar las huellas en el mejor estado y, por lo tanto, adecuadas para la investigación, el equipo analizó sus contornos utilizando un enfoque llamado morfometría geométrica. Esta especial observación ha dejado de lado las simples diferencias de tamaño entre las huellas, centrándose más bien en las relativas a la forma.
La diferencia más importante encontrada se refiere a la relación entre la superficie ocupada por el talón y la pisada total, que es menor en las pisadas más pequeñas. El equipo explicó que las huellas más pequeñas son más delgadas, mientras que las más grandes también son más anchas y tienen un área de talón más grande. Este aumento en el área del talón es el resultado de que el animal aumentaba de tamaño con la edad, y sus patas tenían que soportar físicamente el aumento de masa, pero también sugiere que los especímenes más viejos ya no podían alcanzar la misma velocidad que los más jóvenes.
Los investigadores calcularon la velocidad de marcha del T. rex modelando el movimiento de su cola flexible. (@Rick Stikkelorum, Arthur Ulmann, Pasha van Bijlert)
Fuente: Revista de Paleontología de Vertebrados
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