Los Pfa están en todas partes y aún se desconocen sus efectos a largo plazo. La única solución es dejar de usarlos.

    Los Pfa están en todas partes y aún se desconocen sus efectos a largo plazo. La única solución es dejar de usarlos.

    Los Pfa están en todas partes y se desconocen los efectos a largo plazo. El químico ambiental Ian Cousins ​​​​hace un balance de la situación


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    Las PFAS (sustancias perfluoroalquiladas) ahora están en todas partes, de hecho, se encuentran en muchos objetos de uso diario, pero también en el agua de lluvia, en los océanos y en el polvo de nuestros hogares. Para hacer un balance de la situación está el químico ambientalista Ian Cousins, convencido de que estas sustancias todavía son demasiado subestimadas y poco conocidas hoy en día.  




    Los PFAS se utilizan en varios productos: desde pinturas hasta envases de alimentos, desde productos para el hogar hasta cosméticos. También se encuentran en la capa superior de paneles solares, césped artificial y espumas contra incendios.

    El hecho de que estén tan extendidas hace que muchas veces estas sustancias contaminen el agua, el aire, el suelo y obviamente también el organismo humano. Tal vez recuerde que también se han encontrado PFAS en la leche materna humana. 

    A nivel mundial, se han encontrado PFAS en ríos, lagos, humedales y en todos los océanos, incluso en el Everest y en el hielo marino del Ártico. Pero sin ir tan lejos, basta pensar que las PFAS también se encuentran en el polvo de nuestras casas, tal y como ha descubierto recientemente un estudio. (Lea también: El polvo de casa contiene Pfas y otras sustancias tóxicas).

    El problema es que se sabe muy poco sobre cómo esta contaminación general puede afectar nuestra salud a largo plazo, aunque la exposición a algunas PFAS se ha relacionado con problemas de fertilidad, cambios en el metabolismo y un mayor riesgo de obesidad y cáncer.

    Profesor Ian Cousins, químico ambiental de la Universidad de Estocolmo, ha estado estudiando este enorme y diverso grupo de productos químicos durante más de 20 años. El experto, tal y como informa The Guardian, recuerda que ahora los PFAS (conocidos como forever chemical en inglés) se encuentran por todas partes:

    Dondequiera que haya sociedad, existe el uso de PFAS. Los PFAS están lloviendo en todas partes: los encontrará en el agua de lluvia dondequiera que viva en concentraciones más altas que los estándares ambientales establecidos para los ríos.

    Sin embargo, es importante especificar que no todos los PFAS son tóxicos para los humanos:


    Mapear el universo PFAS y tratar de averiguar cuáles son malos y cuáles no, es una actividad importante, pero llevará décadas y puede que sea demasiado tarde para hacer algo al respecto. (…) Algunas PFAS podrían tener efectos catastróficos, pero es difícil predecirlos. Es posible que descubramos que todos hemos usado una sustancia química que nos enfermará, pero que es muy difícil de eliminar del medio ambiente.


    Muchos PFAS de cadena corta, de hecho, se disuelven en agua, la mayoría permanece cerca de la superficie, en una capa de entre 50 y 200 metros de profundidad. Sin embargo, gradualmente, esta capa se mezcla con aguas más profundas y algunos químicos se hunden y terminan en los sedimentos o en la cadena alimentaria marina.

    Algunos, como el PFOA, actúan como detergentes, repelen el agua y suben a la superficie para ser liberados nuevamente a la atmósfera. Cousins ​​​​y su equipo descubrieron que algunos PFAS se liberan como aerosoles marinos o gotas en el rocío marino, cuando los movimientos de las olas crean burbujas de aire. 

    Una contaminación, por lo tanto, realmente difícil de detener, si no es dejando de usar estas sustancias. De hecho, Cousins ​​​​cree que:

    No deberíamos liberar estas sustancias hechas por el hombre al medio ambiente porque circulan en los sistemas de agua. Algunos se transforman en PFAS más dañinos antes de regresar al aire desde los océanos y luego regresar al continente. La solución inicial es no utilizar estos productos químicos persistentes en primer lugar.

    Cousins ​​​​recomienda a los fabricantes que tomen un enfoque de precaución, diseñando alternativas que se biodegraden (y ya existen algunas soluciones).

    Los consumidores, en cambio, a la espera de un cambio en la producción, podemos empezar a prestar atención a las etiquetas, evitando comprar productos en los que esté presente el perfluoro, el polifluoro o el flúor. Sin embargo, esto no nos protege por completo, de hecho estos ingredientes no siempre están indicados en el envase. 


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    Fuente: The Guardian

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