La depresión es una enfermedad típica del mundo occidental a la que a menudo se le atribuyen motivaciones fisiológicas y bioquímicas.
No guardes el aguacate así: es peligrosoLa canal es un mal típico del mundo occidental al que se le suelen dar razones fisiológicas y bioquímicas. Pero, ¿realmente se trata solo de un problema de desequilibrio de algunas sustancias que circulan en nuestro cerebro para compensar qué fármacos se necesitan? Cada vez más expertos creen que no.
En ocasiones, quienes toman medicamentos para la depresión se ven obligados a aumentar la dosis al máximo y, a pesar de ello, nunca logran realmente solucionar el problema que los aqueja. Entonces, ¿no podría ser esta la mejor estrategia para lidiar con la depresión?
Los científicos a menudo miden la depresión con la escala de Hamilton, que va de 0 (ningún rastro del problema) a 59 (riesgo de suicidio). Hacer cambios en tu vida puede ayudarte a aumentar tu puntuación y, por lo tanto, a sentirte mejor: se obtienen 6 puntos, por ejemplo, mejorando el sueño y 1,8 puntos tomando antidepresivos (estos últimos, por lo tanto, tienen un efecto modesto en comparación con otros métodos).
Johann Hari, escritor y periodista británico autor del libro "Lost Connections: Uncovering the Real Causes of Depression - and the Unexpected Solutions", quería hacer una encuesta para entender qué es lo que realmente causa la depresión y la ansiedad para poder resolver el problema de raíz. (un problema que por cierto él mismo conoce muy bien). Su investigación reveló que hay varios causas de la depresión y ansiedad, pocas son las de carácter biológico y muchas en cambio se refieren a las circunstancias externas que se viven. Estas causas son completamente diferentes y se pueden encontrar en diversos grados en la vida de las personas deprimidas o ansiosas.
Hari se refiere sobre todo a la investigación del Dr. Vincent Felitti, quien inicialmente se ocupó de la obesidad, pero luego optó por investigar cómo este problema, junto con otros, incluida la depresión, podría estar relacionado con el trauma infantil. Felitti administró un cuestionario simple a 17.000 pacientes de San Diego que necesitaban atención médica general (desde un dolor de cabeza trivial hasta una pierna rota). Les preguntó si alguna vez habían tenido una o más de las 10 peores cosas que le pueden pasar a un niño, como ser descuidado, abusado física o emocionalmente, etc. Luego preguntó a todos los participantes si padecían o habían padecido uno o más de los 10 principales problemas psicológicos, entre los que obviamente se encontraba la depresión.
Se descubrió que el trauma infantil aumenta el riesgo de depresión en adultos. Aquellos que marcaron siete categorías de eventos traumáticos cuando eran niños tenían un 3,1% más de probabilidades de intentar suicidarse como adultos y más del 4% más de probabilidades de convertirse en drogadictos.
Felitti también descubrió, sin embargo, que la oportunidad de hablar de su trauma con una persona de confianza le permitía descargar ese demente sentimiento de culpa que suelen acusar las víctimas de abuso y quitarle la vergüenza que sentía. La simple posibilidad de quitarse tal carga supuso un descenso drástico de futuras patologías. De hecho, el médico descubrió que la necesidad de atención médica se redujo en un 35 % al año siguiente y, a la larga, llegó a superar el 50 %. Por lo tanto, desahogarse queda confirmado como un excelente método terapéutico.
Como conclusión, podemos decir que, según las teorías de Felitti recogidas en el libro de Hari, las causas de la depresión hay que buscarlas sobre todo en los acontecimientos clave de nuestra vida y mucho menos en la biología del cuerpo. ¡Escarbar en nuestra infancia es más importante que nunca!
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