Un estudio basado en la longitud de los dedos investiga la posibilidad de aumentar las posibilidades de reproducción exitosa de la descendencia.
No guardes el aguacate así: es peligrosoLas mujeres de bajos ingresos tienden a feminizar a sus hijos durante el embarazo mediante la regulación de sus hormonas, mientras que las mujeres de altos ingresos tienden a masculinizarlos. Descubrirlo es un estudio basado en la longitud de los dedos y en la suposición de que sería simplemente una respuesta evolutiva inconsciente destinada a aumentar las posibilidades de reproducción exitosa de la descendencia.
La investigación, realizada en la Universidad de Swansea, se basó en el Digit Ratio, es decir, la relación entre la longitud de los dedos índice y anular de una persona, conocida como relación 2D: 4D. Un dedo anular más largo es un indicador de niveles más altos de testosterona, mientras que un dedo índice más largo es un indicador de niveles más altos de estrógeno. En general, los hombres tienen el dedo anular más largo, mientras que las mujeres tienen los dedos índices más largos.
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De hecho, muchos estudios ya han sugerido que la relación entre la longitud del dedo índice y el dedo anular está influenciada por la exposición a andrógenos como la testosterona dentro del útero y que esta relación 2D: 4D puede considerarse una medida aproximada de la exposición prenatal. a los andrógenos. Las proporciones bajas de 2D: 4D parecen estar relacionadas con una mayor exposición prenatal a los andrógenos: un índice más largo dará como resultado una proporción superior a 1, mientras que un dedo anular más largo dará como resultado una proporción inferior a 1.
Ahora, en este estudio, la proporción estaba relacionada con los ingresos de los padres.
El estudio
Dirigido por el profesor John Manning de la Universidad de Swansea, el equipo probó una hipótesis sobre las influencias evolutivas en la madre y sus hijos: para las madres de mayores ingresos, los hijos tienen un mayor éxito reproductivo que las hijas. Para las madres de bajos ingresos, en cambio, las hijas tendrán más éxito reproductivo (la llamada hipótesis de Trivers-Willard).
El equipo utilizó datos de más de 250 personas de alrededor de 200 países que participaban en una encuesta en línea de la BBC. Se pidió a los participantes que midieran sus dedos índice y anular y se les dieron instrucciones sobre cómo hacerlo con precisión. También se les pidió que indicaran el nivel de ingresos de sus padres.
Los hijos de padres con ingresos superiores al promedio tenían una relación 2D:4D baja, con dedos anulares más largos, lo que indica niveles altos de testosterona y bajos de estrógeno antes del nacimiento, características de un feto más masculinizado
Al contrario, los hijos de padres con ingresos por debajo del promedio tenían una alta proporción 2D: 4D con dedos más largosy, indicando niveles bajos de testosterona y niveles más altos de estrógeno antes del nacimiento, marcadores de un feto más feminizado.
También se debe tener en cuenta que estos efectos estaban presentes tanto para hombres como para mujeres.
"Nuestros resultados muestran que las madres de altos ingresos pueden secretar niveles más altos de testosterona que de estrógeno al principio del embarazo, masculinizando así a sus hijos e hijas", dice Manning. Por el contrario, las mujeres de bajos ingresos pueden secretar niveles bajos de testosterona, lo que feminizará a su descendencia masculina y femenina. Esta es una respuesta evolutiva de la que las madres no serán conscientes, y mucho menos podrán controlar. Está orientado a dar a su descendencia la mejor oportunidad de éxito reproductivo. Para las madres de altos ingresos, es probable que los beneficios de la testosterona alta para sus hijos superen las desventajas para sus hijas. Para las madres de bajos ingresos, es probable que la ganancia en aptitud física de las hijas feminizadas supere la pérdida de aptitud física de los hijos feminizados. Este modelo es consistente con la hipótesis de Trivers-Willard”.
Para las madres de altos ingresos, es probable que los beneficios de la testosterona alta para sus hijos superen las desventajas para sus hijas. Para las madres de bajos ingresos, es probable que la ganancia en aptitud física de las hijas feminizadas supere la pérdida de aptitud física de los hijos feminizados.
Estos son modelos que sin duda también sugieren efectos importantes en la salud pública vinculados a la pobreza.
“Los niveles bajos de testosterona y altos de estrógeno en los fetos masculinos pueden predisponer a esos hombres, cuando sean adultos, a enfermedades relacionadas con la pobreza, como ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares e hipertensión. “Se sabe que la pobreza está estrechamente relacionada con una peor salud. Lo que nuestra investigación indica es que este vínculo se puede replicar entre generaciones”, concluye John Manning, explicando cómo los hallazgos podrían arrojar luz sobre la susceptibilidad a ciertas enfermedades.
Fuentes: Cambridge University Press
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