La familia que vive en un barco recogiendo desechos marinos para convertirlos en mochilas, bolsos y accesorios

    Gracias al proyecto The Sea Monkeys, Sydney y su familia recolectan y reciclan el plástico de los océanos creando bolsos, mochilas y accesorios.

    La familia del joven de XNUMX años. Sídney Steenland ha hecho, desde hace varios años, una elección muy particular, la de vivir en un barco. Para contribuir de alguna manera al enorme problema de la basura en el mar, los Steenland han decidido dar vida al Proyecto mono marino que recoge y recicla el plástico fabricando mochilas, bolsos y otros objetos.





    son conocidos como Los monos marinos y, desde 2014, navegan y viven en un yate monocasco de 41 pies llamado “Sea Monkey”. Es una familia australiana de 4 compuesta por Carlos el Capitán y gerente de proyecto, Sarah la dibujante, Sydney la ecologista y fundadora del Sea Monkey Project e Indi, la directora.

    Cuando Sydney con su familia decidió cruzar el sudeste asiático hace cinco años con el barco, estaba lista para vivir una verdadera aventura que, sin embargo, resultó ser un poco decepcionante y amarga cuando se encontró en navegando en un mar de desechos plásticos y redes abandonadas.

    Como dijo Sydney:

    "Era difícil evitar el plástico porque estaba en todas partes y flotaba a través de los pueblos, hacia el mar y de regreso a los pueblos". 

    Este encuentro cercano con la contaminación plástica ha afectado tanto a los Steenland que la familia decidió dedicar su vida a hacer del planeta un lugar mejor y más limpio trabajando juntos. Así nació el Proyecto Sea Monkey.

    El proyecto de la familia Steenland tiene como objetivo abordar el problema de los plásticos y otros tipos de desechos en los océanos y una de sus iniciativas clave es reciclar los residuos elaborando productos como bolsos, mochilas y otros complementos.

    La familia que vive en un barco recogiendo desechos marinos para convertirlos en mochilas, bolsos y accesorios

    © seamonkeyproject

    Todo se hace en Malasia. porque, según explicó la niña, después de haber navegado por muchos países del Sudeste Asiático es precisamente allí donde se rompió el motor del Sea Monkey y, la forzada parada, dio tiempo a la familia para apegarse a este país que fue elegido precisamente como una base para poner en marcha el Proyecto Sea Monkey también por el grave problema de contaminación plástica que vive.



    Recientemente, del 21 de julio al 21 de agosto, Sea Monkey Project lanzó su primera línea de bolsas y bolsos hechos completamente de desechos marinos reciclados. Esto, gracias también a una campaña de crowdfunding, ha recibido un apoyo excepcional no solo de malayos sino también de usuarios de todo el mundo.

    La iniciativa también beneficia a los segmentos más débiles de la población local como yo los productos están hechos a mano por refugiados y mujeres de la comunidad Orang Asli (pueblo indígena de Malasia) que de esta manera pueden tener una fuente de ingresos.

    Actualmente, el Proyecto Sea Monkey crea máquinas de reciclaje de plástico basado en los proyectos de código abierto de otra empresa social Precious Plastic. Las máquinas se colocan en una isla remota o selva tropical para que las comunidades que residen allí puedan reciclar sus desechos plásticos.

    Como explicó Sydney, de hecho, el problema de la acumulación de plástico en estos países también radica en que muchas veces las islas y las comunidades más remotas no cuentan con los medios adecuados para el reciclaje.

    La familia que vive en un barco recogiendo desechos marinos para convertirlos en mochilas, bolsos y accesorios

    © seamonkeyproject

     

    Pero el reciclaje puede no ser la mejor manera de abordar la contaminación plástica del océano, dijo Sydney.

    “El hecho es que reciclar no es la respuesta. La educación es”, dijo esta joven pero ya muy ocupada y sabia.

    El Proyecto Sea Monkey enseña activamente a personas de todas las edades sobre la contaminación plástica a través de conferencias y talleres educativos interactivos.

    “Cuanto más informado esté sobre un problema, más podrá hacer para abordarlo. Y comienza de a poco, como usar una pajilla de metal o una bolsa reutilizable, pero eventualmente mejorarás en querer hacer un cambio ”, agregó.



    El mensaje que quieren enviar Sydney y su familia es muy claro: todos podemos hacer un cambio, por pequeño que sea, nuestra aportación siempre es fundamental.

    Fuente: Sea Monkey Project / La estrella

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