¿Por qué los niños daneses son tan educados y felices? No tienen rabietas, ¿son felices y sus resultados académicos son excelentes? Porque desde temprana edad se encaminan hacia la empatía y por lo tanto lejos del bullying y la ansiedad. Y abrazar se convierte en una materia escolar.
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¿Por qué los niños daneses son tan educados y felices? No tienen rabietas, ¿son felices y sus resultados académicos son excelentes? Porque desde temprana edad se encaminan hacia la empatía y por lo tanto lejos del bullying y la ansiedad. Y abrazar se convierte en una materia escolar.
Sin mitificar el modelo de Dinamarca, considerado el país más feliz del mundo, Jéssica joelle alexander, periodista y psicóloga en su libro El nuevo método danés para educar a los niños para la felicidad en la escuela y en la familia (10 euros, Newton Campotn editori) nos invita, con ejemplos, comparaciones y sugerencias, a emprender un nuevo camino para acompañar a nuestros hijos y para crecer, y felices, juntos.
A partir de la escuela. Según Alexander, el modelo educativo de algunos países parece estar parado desde hace décadas y es incapaz de hacer frente a problemas actuales como el exceso de competitividad o el bullying. En las escuelas danesas abrazar es una materia escolar que sirve para aumentar la empatía y la felicidad sin necesidad de proteger a nuestros hijos de todo ni emplearlos en mil actividades.
Según la periodista, las etiquetas, prohibiciones y apodos pueden afectar negativamente a la infancia, mientras que la autoestima, la conciencia y la felicidad no dependen de votos, aplausos o ánimos sino de sentirse bien con uno mismo.
Por ejemplo, para tener adultos más atentos y serenos, una hora a la semana, enseñamos el "Klassens tid", o empatía, la capacidad de comprender en profundidad lo que sienten los demás niños, ya sea un sentimiento de alegría o de dolor.
Durante esos sesenta minutos, repartidos entre una hora de matemáticas y una de historia, los niños hablan de sus problemas personales o los que encuentran en el trato con los compañeros o con el grupo de amigos.
Sin olvidar que aquí no hay competencia por votos, sino momentos dedicados a abrazos y hasta masajes.
Y al final los alumnos se enfrentan a la prueba de la felicidad, porque su bienestar está por encima de cualquier nota alta.
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dominella trunfio