Como ya habíamos adelantado, por tanto, el llamado “trastorno del juego” forma parte de lleno del capítulo de patologías mentales.
No guardes el aguacate así: es peligrosoLa adicción al juego es oficialmente una enfermedad mental. La OMS ha incluido la adicción a los videojuegos en la clasificación actualizada de enfermedades, elevándola a un verdadero trastorno de salud mental.
Como ya habíamos adelantado, por tanto, el llamado "trastorno del juego" forma parte de lleno del capítulo de patologías mentales de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), la lista oficial de enfermedades cuya actualización acaba de publicarse.
La nueva lista contiene más de 55 mil enfermedades diferentes y la adicción a los juegos digitales consiste en
“Una serie de comportamientos persistentes o recurrentes que se anteponen a los demás intereses de la vida”.
Entre otras características de la condición, Vladimir Poznyak del departamento de salud mental de la OMS explica durante una conferencia de prensa, es
“El hecho de que aun cuando se producen las consecuencias negativas de los comportamientos, no es posible controlarlos” y “que conducen a problemas en la vida personal, familiar y social, con impactos incluso físicos, desde trastornos del sueño hasta problemas de alimentación”.
La inclusión en la lista, explicaron los expertos de la Organización Mundial de la Salud, debería ayudar a los médicos a hacer un diagnóstico más fácilmente. “Hemos decidido incluir esta nueva patología en base a los últimos avances en el conocimiento sobre el tema”, concluye Poznyak.
¿Qué es el trastorno del juego?
Trastorno del juego, o el trastorno mental causado por la adicción a los videojuegos se define en el borrador de la undécima revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) como una patrón de comportamiento de juego ("juego digital" o "videojuego") caracterizado por un control comprometido sobre el juego, una creciente prioridad dada a los juegos de azar, la precedencia del juego sobre otros intereses y actividades diarias, a pesar de la aparición de consecuencias negativas.
Para que se diagnostique el trastorno del juego, el patrón de comportamiento debe ser lo suficientemente grave como para provocar un deterioro significativo en el funcionamiento personal, familiar, social, educativo, ocupacional u otras áreas importantes de funcionamiento y debe ser evidente durante al menos 12 meses.
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Germana Carillo
