A los hombres siempre les ha gustado situarse en el centro del mundo, considerarse las criaturas más importantes. Sin embargo, entre los seres vivos que pueblan la Tierra, nuestra especie es una clara minoría: las dueñas, numéricamente hablando, son las bacterias, como demuestra una muy reciente actualización del árbol de la vida, realizada por investigadores del Universidad de Berkeley, en California, y Waterloo, Canadá.
A los hombres siempre les ha gustado situarse en el centro del mundo, considerarse las criaturas más importantes. Y sin embargo, entre los seres vivos que pueblan la Tierra, nuestra especie está en clara minoría: numéricamente hablando, es la las bacterias, como lo demuestra una actualización muy reciente del árbol de la vida, realizada por investigadores de las universidades de Berkeley, California y Waterloo, Canadá.
laarbol de la vida es un esquema que pretende representar visualmente el complejo de seres vivos presentes en la Tierra, mostrando sus articulaciones y líneas evolutivas. El primero fue elaborado por Charles Darwin en 1837 y desde entonces se han sucedido numerosos ajustes y actualizaciones, gracias al aumento y mejora progresiva de los conocimientos en el campo biológico.
Una Nueva Vista del Árbol de la Vida, una contribución aparecida recientemente en la revista Naturaleza Microbiología, es el enésimo paso adelante en esta fascinante historia, que reconstruye el estado de la vida en nuestro planeta. De hecho, el artículo ofrece una actualización completa del árbol de la vida, rediseñándolo y sacando nuevos balances.
El hecho más evidente es que los seres vivos que conocemos y que vemos cada día a nuestro alrededor -como animales y plantas- no son más que una pequeña minoría: en el árbol de la vida acaban en una rama abajo a la derecha, entre los eucariotas, junto con nosotros los humanos.
En cambio, el mundo está dominado por las bacterias, organismos muy pequeños de los que no somos conscientes pero que, numéricamente hablando, son mucho más relevantes que nosotros.
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La actualización es el resultado de un trabajo de investigación que duró unos quince años, durante el cual los científicos han identificado más de mil nuevos tipos de bacterias y arqueas (o arqueas): de ahí la necesidad de revisar y reorganizar la arquitectura del árbol de la vida, para incluir los nuevos descubrimientos.
Un proceso que no puede considerarse completo: los científicos están dispuestos a apostar a que hay otros organismos a la espera de ser descubiertos y que poco a poco se revolucionarán los conocimientos actuales sobre biología y bioquímica.
Para el profano, sin embargo, esta actualización del árbol de la vida es solo otra fascinante confirmación de cuán rico y precioso es el mundo en el que vivimos.
Lisa Vagnozzi
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