Ikea está a punto de probar, partiendo de Suiza, el servicio de alquiler de muebles en nombre de la economía circular, con el objetivo de alargar el ciclo de vida de los productos que se pueden alquilar y devolver y luego vender como usados.
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Ikea está a punto de probar, partiendo de Suiza, el servicio de alquiler de muebles en nombre de la economía circular, con el objetivo de alargar el ciclo de vida de los productos que se pueden alquilar y devolver y luego vender como usados.
El gigante sueco de muebles, asequible para cualquier bolsillo, está a punto de lanzar un servicio de alquiler de muebles como parte de su estrategia para construir un negocio más respetuoso con el medio ambiente. Inicialmente, el arrendamiento se limitará a muebles de oficina como sillas y escritorios y se probará en el mercado suizo, con la intención de extenderlo a cocinas y muebles para el hogar, así como en otros países. Todo ello con el objetivo de alargar el ciclo de vida de los productos.
El nuevo negocio, ya filtrado en los últimos meses, pero del que aún faltaban todos los detalles, se anunciaba ahora en una entrevista con el Financial Times donde un portavoz de la compañía decía:
“Tenemos la ambición de inspirar y capacitar a las personas para que desempeñen un papel activo en hacer realidad la economía circular, que podemos apoyar desarrollando nuevas formas para que las personas compren, seleccionen y transmitan productos. En algunos mercados, como Suiza, estamos explorando y probando soluciones potenciales y tenemos un proyecto piloto para examinar el alquiler de muebles, pero aún es demasiado pronto para confirmar exactamente cómo será".
Aunque todavía no están claros todos los detalles, lo cierto es que, al igual que ocurre ahora con los coches, una vez finalizado el periodo de alquiler, se devolverán los muebles y se podrán alquilar más. Los muebles devueltos serían así reacondicionados y revendidos como “usados”, alargando así su ciclo de vida. Comenzaremos con muebles de oficina y luego extenderemos el servicio a particulares, especialmente cocinas que se adaptan bien a este foro, como afirma Torbjorn Lööf, director gerente de Inter Ikea, propietaria de la marca Ikea:
“Se podría decir que el leasing es otra forma de financiar una cocina. Cuando este modelo circular está en marcha, tenemos un interés mucho mayor no solo en vender un producto, sino en ver qué pasa con él y cómo lo cuida el consumidor”
Esta nueva estrategia de arrendamiento es parte del esfuerzo más amplio del gigante sueco para diseñar y vender productos que puedan repararse, reutilizarse, reciclarse o revenderse, y promover servicios que extiendan la vida útil de un producto. En este sentido, Ikea también está evaluando la oportunidad de lanzar su propio negocio de repuestos para que los clientes puedan reemplazar componentes, como tornillos o bisagras, por muebles que ya no están en stock en las tiendas. Cada tienda ahora tiene instalaciones de reparación y reempaque para que los artículos dañados en tránsito puedan venderse y no desperdiciarse. Además, algunos tipos de muebles usados ya se pueden devolver a las tiendas del Reino Unido para revenderlos o donarlos a organizaciones benéficas.
En el frente de la sostenibilidad, también hay que recordar que la compañía ha invertido más de 1,7 millones de euros en energías renovables entre parques eólicos y tejados solares y se compromete a obtener el 100% de la madera y el papel utilizados de fuentes más sostenibles para 2020, así como abandonar los combustibles fósiles para 2030.
La consigna, por tanto, es extender el ciclo de vida de los productos: un gran desafío para una marca que siempre ha sido apreciada por su bajo precio y diseño, pero que en términos de “durabilidad” también ha sido a menudo objeto de burlas.
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Simona Falasca
