Felix Finkbeiner: el niño que plantaba árboles

    Felix Finkbeiner: el niño que plantaba árboles

    Felix Finkbeiner tenía solo 9 años cuando, después de una lección de su maestro de escuela primaria sobre la fotosíntesis de la clorofila, decidió plantar su primer árbol en el alféizar de la ventana de su escuela, solo para exclamar: "Plantaré un millón de árboles en Alemania". Dicho y hecho. Félix no es un niño voluble y su proyecto realmente lo llevó a su fin y a partir de ahí se marcó una larga serie de otros objetivos para salvar el planeta: plantar tantos árboles como sea posible para reducir el efecto nocivo del CO2.



    Está a punto de acabar atropellado, su madre lo salva

    Félix Finkbeiner tenía sólo 9 años cuando -después de una lección de su maestro de escuela primaria en fotosíntesis clorofila - decidió plantar su primer retoño en el alféizar de su escuela, para luego exclamar "Plantaré un millón de árboles en Alemania". Dicho y hecho. Félix no es un niño voluble y su proyecto realmente lo llevó a su fin y a partir de ahí se marcó una larga serie de otros objetivos para salvar el planeta: plantar tantos árboles como sea posible para reducir el efecto nocivo del CO2.



    Hoy Félix tiene 13 años y de esa lección sobre la fotosíntesis logró plantar al P.más de un millón de árboles: la millonésima plantada el 4 de mayo del año pasado y a la ceremonia asistieron políticos y ministros de medioambiente de 45 naciones.

    El niño también creó uno. su asociación dedicada a este mismo propósito, por nombre Planta para el planeta, Apoyado porPNUMA y actualmente presente en más de 70 países y con el lema exhortativo, "Deja de hablar, empieza a sembrar", se ha fijado una nueva meta importante: sembrar un billones de nuevas plantas en diez años.

    A la edad de nueve años Félix contrató al primer empleado de su asociación internacional, que cuenta hoy 23 empleados, todos niños de 12 años, pequeños embajadores de “Justicia Climática”, que van por el mundo enseñando a adultos. Un poco como lo que pasó con Severn Suzukin, la niña que silenció lo mundano en seis minutos.
    “Nos gustaría que los seres humanos de nuestra generación se sintieran ciudadanos del mundo” - dijo Félix.



    Después de todo, el concepto es muy simple, si hay demasiadas emisiones de CO2 significa que el aire debe estar limpio y para ello hay que plantar arboles… Un juego de niños, ¿no?

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