Estos hábitos aparentemente saludables dañan tu salud oral

Estos hábitos aparentemente saludables dañan tu salud oral

¿Sabemos cuidar realmente nuestra boca? Estos hábitos deben ser abolidos y reemplazados por otros más efectivos y saludables.

Está a punto de acabar atropellado, su madre lo salva

Desde pequeños estábamos acostumbrados a cepillarnos los dientes, y quizás incluso a utilizar enjuagues bucales, pero ¿estamos seguros de que esto es suficiente para preservar la salud de nuestra boca? Nuestra cavidad oral, compuesta por dientes, encías, lengua y paladar, es un revoltijo de diferentes tejidos y órganos, cada uno con una función específica: todos deben recibir la atención adecuada.





Hay hábitos, aparentemente inofensivos y que muchas veces ponemos en práctica sin siquiera pensar en ellos o que hemos adoptado en la creencia de que nuestra sonrisa puede beneficiarse de ellos, que en realidad dañan la boca y pueden aumentar el riesgo de caries, mal aliento, gingivitis y otros problemas. Veamos cuáles son los cinco que se deben evitar absolutamente.

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usa el palillo

Si tenemos algo atascado en los dientes, a menudo usamos el palillo para deshacernos de él pensando que estamos haciendo algo bueno, pero no hay nada más malo. El uso de una herramienta puntiaguda y rígida, como un palillo, puede causar traumatismos en las encías y, a la larga, aplanar las papilas gingivales (es decir, las partes de la encía que llenan el espacio entre un diente y el siguiente): este aplanamiento hará los dientes más expuestos al riesgo de infecciones.

Además, la madera de la que está hecho el palillo es un material muy permeable al agua y, en contacto con el ambiente muy húmedo de nuestra boca, acaba ablandándose y rompiéndose: en este caso existe el riesgo de que se queden clavadas algunas astillas de madera. en la encía sin que nos demos cuenta, esto podría provocar una infección o una lesión.

¿Qué podemos usar cuando algo se nos queda atascado entre los dientes? Los dentistas recomiendan el uso de hilo dental. Pero cuidado: el hilo dental no debe usarse solo en casos extremos, su uso debe ser diario para evitar el riesgo de halitosis. Pasado delicadamente entre un diente y otro, de hecho, contribuye a la eliminación de la placa bacteriana y a hacer la boca más limpia y saludable. Por lo tanto, se recomienda usarlo todos los días, después de cepillarse los dientes por la noche.


Usa el cepillo de dientes de cerdas duras

Cometemos un gran error si compramos un cepillo de dientes de cerdas duras pensando que funciona mejor para nuestra higiene bucal. Al igual que el palillo de dientes, las cerdas duras del cepillo de dientes también provocan un roce traumático en los dientes y las encías, lo que a la larga puede inflamar las encías y dañar el esmalte dental. Por ello, es mejor utilizar un cepillo de dientes con cerdas semisuaves y cepillar con cuidado pero sin aplicar demasiada fuerza.


Fíjate también en el tiempo que dedicamos al cepillado dental: debemos calcular dos minutos en total, unos treinta segundos por cada media arcada dental. Es un tiempo muy largo al que podemos acostumbrarnos poco a poco: las primeras veces podemos usar un reloj o el cronómetro de nuestro smartphone.

(Lea también: El cepillo de dientes puede ser un depósito de gérmenes y bacterias, pero con estos trucos lo mantendrá limpio)

No limpies tu lengua

Como hemos dicho, la boca está formada por diferentes elementos, y cada uno de ellos necesita una limpieza adecuada. Así, después de cepillarnos los dientes y las encías, también prestamos atención a nuestra lengua, especialmente expuesta a la presencia de bacterias debido a su superficie rugosa llena de diminutas "grietas". La acumulación de bacterias en la lengua es responsable de la mayoría de los fenómenos de halitosis.

Pero, ¿cómo se limpia la lengua correctamente? Existen objetos especiales llamados raspadores de lengua, que deben sujetarse con firmeza y pasarse varias veces a lo largo de toda la lengua comenzando desde la parte más interna hasta la punta. Alternativamente, también podemos usar el mismo cepillo con el que nos cepillamos los dientes, siempre que este tenga cerdas suaves, para no inflamar las papilas gustativas en la lengua. Unos segundos de atención son suficientes para tener una lengua sana y limpia y, en consecuencia, un aliento más fresco.


Blanqueamiento dental con métodos caseros

Las mezclas caseras a base de jugo de limón, bicarbonato de sodio, sal de mesa o leche en polvo son realmente muy dañinas para el esmalte de nuestros dientes, ya que tienden a corroerlo y adelgazarlo irremediablemente. Si quieres tener los dientes más blancos, es mejor no seguir los tutoriales virales en las redes sociales, sino contactar a tu dentista y proceder con un blanqueamiento profesional.


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