Un equipo de investigadores ha descompuesto muestras de plantas de cannabis buscando las causas de su mal olor
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Las inflorescencias de la planta de cáñamo (o cannabis) se caracterizan por un olor inconfundible y particularmente penetrante, ¿Pero de dónde viene? Un nuevo estudio publicado recientemente muestra que hay muchas sustancias que le dan a esta planta su olor característico, más de 200. La mayoría de las que han aislado los científicos pertenecen a un grupo de compuestos llamados terpenoide: estas son biomoléculas muy extendidas en el mundo natural, responsables de la mayoría de los olores (agradables o no) del mundo vegetal, desde el olor a madera hasta el aroma de las flores.
Los terpenoides están presentes en concentraciones variables en diferentes especies de cáñamo y pueden, por sí solos, contribuir hasta en un 50 % al aroma final de la planta: por ejemplo, altas concentraciones de mirceno y β-cariofileno (terpenoides también presentes en otras plantas, como la hierba de limón). ) dar el cannabis indica un aroma fuerte, acre, similar al combustible, mientras que las altas cantidades de terpinoleno y limoneno (como en las plantas cítricas) le dan al cannabis sativa un aroma amaderado y cítrico. Si solo existiera la presencia de terpenoides para caracterizar el olor del cáñamo, entonces no hay explicación de por qué esta planta realmente "apesta"; incluso para los amantes del olor del cannabis, es difícil decir que es un aroma agradable.
Esto se debe a que también entran en juego otros productos químicos que de alguna manera contaminan el agradable olor que emana de los terpenoides y lo hacen más como un hedor. Para tratar de entender de qué sustancia se trataba, los científicos buscaron compuestos en la composición de las plantas de cáñamo productos químicos volátiles a base de azufre (en inglés compuestos volátiles de azufre, o VSC) - para ser claros, aquellos que dan a las coles de Bruselas y otras verduras de invierno (pero también a nuestro aliento nada más despertarnos) un olor no precisamente agradable, o que sueltan los zorrillos en defensa fase.
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La intuición era acertada: en las muestras de cáñamo analizadas se descubrieron numerosos VSC, responsables del mal olor de la planta. Pero no solo eso: utilizando un sistema de cromatografía de gases 2D a medida equipado con tres tipos diferentes de detectores, los investigadores observaron que las cepas de cannabis clasificadas como particularmente picantes por un grupo de "olfateadores" también tenían concentraciones más altas de VSC. Uno de estos compuestos, el 3-metil-2-buteno-1-tiol, se ha asociado mediante pruebas empíricas y de laboratorio con la muestra de cáñamo más maloliente: tiene un aroma intenso, sulfúrico y maloliente incluso en concentraciones extremadamente diluidas, y da la planta un desagradable olor a cartón húmedo.
Este estudio podría abrir escenarios muy interesantes: de hecho, los VSC responsables del olor del cannabis tienen una estructura sorprendentemente similar a algunos compuestos presentes en el ajo que pueden tener efectos anticancerígenos y cardioprotectores. Esto podría representar una nueva vía en el uso médico de la planta de cáñamo.
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Fuente: Publicaciones ACS
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