Para reducir las emisiones contaminantes de los eructos del ganado, unos investigadores británicos han inventado una máscara ad hoc -cuando bastaría simplemente con reducir el número de vacas explotadas en ganadería intensiva
Los eructos de las vacas representan una potente emisión de gas metano que, junto con el producido por su sistema digestivo (en forma de excrementos sólidos y emisiones planas), hace que estos animales sean especialmente "contaminantes" desde el punto de vista ambiental: basta pensar que Por cada litro de leche que produce, una vaca libera unos 35 litros de metano a la atmósfera.
El metano es uno de los gases que más contribuye al calentamiento del clima y al aumento de las temperaturas y que el 14% del presente en la atmósfera proviene de las vacas. Sin embargo, subrayamos que no son las vacas en sí mismas las que representan un problema para el medio ambiente, sino la cantidad exagerada de estos animales hacinados en las granjas intensivas.
Emisiones de metano de una de las mayores explotaciones ganaderas intensivas del mundo captadas por primera vez por satélites
Para tratar de reducir el impacto ambiental de las vacas y sus emisiones contaminantes, Proyecto Ganadería Cero Emisiones (ZELP) ha desarrollado una “mascarilla” especial que se coloca en el hocico del ganado para capturar el aire emitido durante los eructos y reducir el efecto contaminante: en la práctica, la máscara captura el metano presente en la emisión de gases y lo oxida liberando vapor de agua y CO2 a la atmósfera.
ZELP es una start-up británica que tiene como objetivo reducir las emisiones contaminantes a la atmósfera terrestre, vengan de donde vengan. Con este ingenioso sistema, que parece funcionar más con vacas que pastan y pastan que con vacas alimentadas con alimento, la compañía estima una reducción en la liberación de metano de las vacas de más del 50%.
El funcionamiento de las máscaras será posible gracias al metano recogido por los eructos de las vacas, que dotará de energía continua al mecanismo. Además, el dispositivo está equipado con numerosos sensores que recopilan información útil sobre la salud del ganado, que estará disponible para los ganaderos a través de una aplicación móvil.
Las mascarillas son por ahora un prototipo, pero deberían salir al mercado en 2023. La start-up prevé un primer lanzamiento del producto en el mercado europeo, dirigido a aquellas explotaciones que estén intentando concretamente reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en sus cadenas de producción.
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Fuentes: Zelp / Royal College of Art
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