Caminar cuesta arriba trae muchos más beneficios que solo caminar sobre una superficie plana, mejorando nuestra resistencia
Caminar cuesta arriba trae muchos más beneficios que una simple caminata sobre una superficie plana, mejorando nuestra resistencia y previniendo la aparición de problemas de salud.
Sabemos que caminar es bueno para la salud física y nuestro bienestar mental: es una actividad física moderada que, sin embargo, nos permite quemar calorías y mantenernos en forma; mejora nuestra capacidad respiratoria y nuestra resistencia; te permite distraerte y relajar los nervios si lo haces en un área natural o en un parque.
Se pueden obtener beneficios adicionales y mucho más importantes al caminar (o correr) en una pendiente en comparación con una simple caminata en una superficie plana. No obstante, no es necesario organizar excursiones en el coma de la montaña, también basta con subir las escaleras hasta la casa o caminar por vías urbanas aunque sea con una mínima pendiente. Lo que importa no es el lugar sino el entrenamiento que hacemos de nuestros músculos cambiando el terreno. Pero, ¿qué le sucede exactamente a nuestro cuerpo cuando subimos una pendiente?
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Quema más calorías
Caminar sobre una superficie inclinada requiere más energía y tiene un mayor costo metabólico que sobre una superficie plana. Caminar sobre una superficie plana, de hecho, ahorra mucha energía, por eso podemos caminar grandes distancias a pie con un gasto mínimo de calorías (se consumen alrededor de 100 calorías por cada milla recorrida). Por otro lado, al comenzar a caminar en una superficie cuesta arriba nuestro consumo de energía aumenta enormemente.
(Lea también: Para cambiar de ritmo, ¡pruebe a caminar cuesta arriba! Beneficios, cómo y cuándo empezar)
Fortalece los músculos
Si el esfuerzo es mayor, el entrenamiento de nuestros músculos también será más intenso. En particular, es toda la cadena posterior (glúteos, músculos de la columna vertebral, pantorrillas y tobillos) la que se beneficia de un agradable paseo en pendiente: estos músculos ya juegan un papel importante en el apoyo de nuestros movimientos de pie y nos permiten sentarnos y bajarnos al suelo. Si se entrenan de forma correcta y constante, mejoran nuestra postura, reducen el riesgo de caídas y fracturas (especialmente en los tobillos), mejoran el bienestar general de nuestro cuerpo.
Un estudio realizado en los Estados Unidos demuestra que una cadena posterior saludable es necesaria para contrarrestar los movimientos bruscos y el esfuerzo físico y es esencial para el desarrollo muscular y para la prevención de traumatismos y fracturas. Además, apoya la flexibilidad de las articulaciones y mejora el control del movimiento.
Entrena más (y mejor) que una carrera
No es necesario correr a una velocidad de vértigo para mejorar nuestra fuerza física: caminar cuesta arriba (incluso a una velocidad moderada) permite obtener los mismos beneficios que una buena carrera. En primer lugar, permite acelerar los latidos del corazón, cuyos beneficios son muchos: se llega a los músculos con un mayor flujo de sangre (y, en consecuencia, de oxígeno) y mejora nuestra resistencia física -es casi como si el corazón estuviera también haciendo 'gimnasia' y seguimos entrenando junto con nuestras piernas.
Además, la salud de la cadera y la pantorrilla también mejorará. Las pantorrillas suelen ser subestimadas durante el entrenamiento en el gimnasio, pero caminar cuesta arriba es un ejercicio excelente para fortalecer esta parte del cuerpo: un estudio revela que caminar en pendiente activa los músculos de la pierna mucho más que caminar normalmente, mejora la función neuromuscular y es el ejercicio perfecto para cualquier persona con debilidad en la cadera. Caderas y pantorrillas más fuertes significan más estabilidad, mejor flujo sanguíneo en la parte superior del cuerpo, mejor equilibrio.
Haz del paseo un hábito
¿Cómo mantener alta la motivación durante las sesiones de caminata y así mejorar tu bienestar físico y mental? Hay muchas aplicaciones que ayudan a calcular la distancia recorrida y cuentan los pasos que se dan a diario: fijarse un objetivo diario puede ser un gran incentivo para continuar con este saludable hábito de la coma y mirar hacia atrás a los objetivos alcanzados anteriormente es una excelente manera de seguir motivado . Incluso caminar con un amigo o familiar puede ser un estímulo interesante para dedicarse a esta actividad que quizás realizada en soledad puede resultar aburrida. Por último, si estamos solos y no tenemos con quién compartir los paseos, podemos ir acompañados de música, lo que mejora mucho el rendimiento deportivo, como también hemos explicado en este artículo.
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