Dos barcos fueron embestido por las orcas y un miembro de la tripulación sufrió contusiones por el impacto.
En los últimos dos meses, tanto en el sur como en el norte de España, los marineros han enviado llamadas de socorro después de encuentros problemáticos. Dos barcos fueron embestido por las orcas y un miembro de la tripulación sufrió contusiones por el impacto. Los científicos dicen estar desconcertados porque, nunca antes, han ocurrido incidentes de este tipo y se preguntan qué está causando esta agresión.
Desde el Estrecho de Gibraltar hasta Galicia, las orcas embistieron yates, dañaron barcos y lesionaron tripulaciones. El último incidente tuvo lugar el viernes por la tarde frente a A Coruña, en la costa norte de España. Halcyon Yachts estaba tomando un barco al Reino Unido cuando una orca embistió su popa al menos 15 veces. El barco perdió el timón y fue remolcado a puerto para evaluar los daños.
Casi al mismo tiempo hubo advertencias por radio al sur de Vigo, mientras que el 30 de agosto, un barco de bandera francesa llamó por radio a la guardia costera para decir que estaba "bajo ataque" de orcas. El mismo día, un yate de la armada española, el Mirfak, perdió el timón por el mismo motivo.
"Nunca antes habíamos visto ni oído hablar de ataques", dicen los científicos alarmados.
Mamíferos sociales y muy inteligentes, las orcas son las más grandes de la familia de los delfines. Los investigadores que estudian una pequeña población en el Estrecho de Gibraltar los definen como animales curiosos y lo normal es que sigan de cerca una embarcación, incluso interactúen con el timón, pero nunca con la fuerza aquí descrita.
Las autoridades marítimas españolas advierten de 'mantener la distancia', pero esto es difícil. Los científicos están de acuerdo en que este comportamiento es "muy inusual" y "preocupante", pero argumentan que aún es demasiado pronto para comprender lo que está sucediendo. La primera hipótesis podría ser que las vainas están estresadas y que, en general, la población está en peligro.
Como cuenta The Guardian, el 29 de julio, frente al cabo Trafalgar, Victoria Morris estaba a bordo de un barco rodeada de nueve orcas. Los cetáceos embistieron el casco durante más de una hora, girando la embarcación 180 grados, apagando el motor y rompiendo el timón. Todos los episodios tienen la misma dinámica, pero no se sabe si la misma manada siempre embiste los botes.
“Son hechos muy extraños”, dice Ezequiel Andréu Cazalla, investigador de cetáceos, “pero no creo que sean ataques”. Los especialistas están igualmente sorprendidos, coincidiendo en el comportamiento "muy inusual", pero son cautelosos. La mayoría está de acuerdo en que algo está estresando a las orcas. Y cuando se trata de fuentes de estrés, hay muchas para elegir.
Las orcas de Gibraltar están en peligro: quedan menos de 50 manadas y se prevé un declive continuo; los adultos y los juveniles sufren lesiones, sufren escasez de alimentos y contaminación. Sus cachorros rara vez sobreviven. El Estrecho de Gibraltar -subraya Cazalla- “es el peor lugar para vivir para las orcas”. Este estrecho cuerpo de agua es una importante ruta marítima. Y la presencia de las orcas atrae más tráfico marítimo. En teoría, está regulado, pero algunos operadores rompen las reglas de velocidad y distancia para perseguir animales. El continuo acoso de los barcos afecta la capacidad de caza de las orcas. Lo que nos lleva al mayor estrés de todos: la pesca.
Las orcas regresan a este cuerpo de agua ruidoso y contaminado por una razón: para alimentarse. Están especializados en la caza del atún rojo. El casi colapso del atún rojo entre 2005 y 2010 "empujó esta población de orcas al límite", dice Pauline Gauffier, investigadora.
Fuente: The Guardian
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