Su nombre es Tabi Joda y en 10 años ha logrado plantar un millón de árboles en Camerún. Ahora tiene como objetivo alcanzar la marca de los mil millones para combatir el desempleo.
Su nombre es Tabi Joda y creció en el bosque, pasando horas jugando con sus amigos en los árboles que bordeaban la meseta de Mambila entre Camerún y Nigeria. Pero a medida que pasaban los años, notó que su bosque tenía cada vez menos árboles para trepar y que la deforestación continuaba sin cesar, convirtiendo a sus amadas criaturas verdes en madera y tierras de cultivo desiertas. Así que compró un terreno en el que espera plantar mil millones de árboles para dar trabajo en una zona con riesgo de hambre.
Gracias a la ayuda de sus padres, en 2010 Joda adquirió una gran parcela de tierra y comenzó un negocio agroforestal al que llamó, como era de esperar, One Billion Trees for Africa. Allí, hace 10 años comenzó a sembrar árboles alistando a los jóvenes de su comunidad.
"El alcance de la deforestación fue impactante", dijo. "La tierra era estéril, la vida silvestre había disminuido y las especies invasoras se habían apoderado".
Joda estima que ya plantó aprox. un millón de árboles entre nueces de cola, anacardos y aguacates. Actualmente emplea a 20 personas y planea contratar incluso a más jóvenes y mujeres de la comunidad para producir una gama completa de productos a base de plantas que pueden agregar valor al bosque al restaurarlo a una nueva vida y crear empleos en una tierra maltratada. De hecho, a partir de las plantas, los trabajadores podrían elaborar productos para el cuidado de la piel derivados del aguacate y los aceites de ricino, así como suplementos como el polvo de moringa.
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"Si he logrado crear empleo para 20 personas, debe ser posible crear muchos más empleos dando nuevas oportunidades a los jóvenes que emigran y arriesgan su vida en otros lugares", dijo. “Quiero evitar que se conviertan en refugiados climáticos”.
El equilibrio medioambiental está de hecho ligado también a un equilibrio humano, con cada vez más amigos de su infancia que emprenden el peligroso viaje a Libia en busca de trabajo y oportunidades en Europa. Algunos han regresado, pero muchos no. Fue entonces cuando Joda decidió que tenía una responsabilidad no solo por la memoria de sus amigos desaparecidos, sino también por su comunidad y el planeta.
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"Un bosque debe ofrecer tanto servicios ambientales como oportunidades económicas", dijo Joda. "La agrosilvicultura restaura el ecosistema y proporciona medios de vida".
Su historia ha dado la vuelta a África y al mundo. Desde 2010, Joda nunca se ha detenido y ha pasado mucho tiempo con agricultores y comunidades de todo el continente, desde Burkina Faso hasta Uganda.
“Al plantar una combinación de árboles, que incluye un 70 % de especies nativas, las poblaciones locales se benefician de los alimentos, las medicinas, la alimentación animal y otros servicios ecosistémicos que brinda el bosque. Al brindar oportunidades económicas ecológicas, los miembros de la comunidad ahora certifican que regresan y obtienen ingresos de estos recursos. El bosque revitalizado también ha mejorado la capacidad de la comunidad para adaptarse a los impactos del cambio climático”, dijo.
Entre los elogios que ha recibido por sus esfuerzos está su inclusión en 2019 como embajador de la Iniciativa de Restauración del Paisaje Forestal Africano.
“Quiero alentar a las personas de todo el continente a replicar lo que he hecho en mi bosque”, dijo. "Si cada persona planta un árbol, podríamos hacerlo".
¡Bravo!
Fuentes de referencia: afr100, Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
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