No guardes el aguacate así: es peligroso
El aumento de peso y los niveles elevados de azúcar en sangre estarían provocados por el desequilibrio del reloj biológico interno
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Pensilvania sobre el reloj interno parece dar sustento a la teoría de que las personas que trabajan de noche o que cambian de horario con frecuencia en los turnos de trabajo tienen más probabilidades de engordar o padecer diabetes: un gran porcentaje de los trabajadores que trabajan turnos sufren de diabetes o sobrepeso, y esto se ha atribuido a una desconexión entre las horas de trabajo y su reloj interno, o el ritmo circadiano
Cuando el mundo externo no coincide con los ciclos internos del organismo, el metamolismo es el primero en pagar las consecuencias - explica el autor del estudio Mitchell A. Lazar. - Esto sucede, por ejemplo, cuando las personas trabajan en horarios que no coinciden con los ritmos biológicos naturales.
La investigación ha tratado de explorar la desincronía circadiana, o los desequilibrios del reloj biológico interno: trabajadores que trabajan por turnos -que trabajan muchas horas seguidas, de noche, o que tienen períodos de descanso intermitentes- son más propensos a este fenómeno, que parece traer consigo un mayor riesgo de obesidad, diabetes y otros problemas metabólicos. Afortunadamente, la desincronía circadiana es un problema de fácil solución: una vez que se reanudan los ritmos de vida normales, el metabolismo también vuelve a las condiciones óptimas, y esto elimina el riesgo de enfermedades metabólicas (obviamente, si aún no están presentes).
Este descubrimiento podría ayudar a prevenir o reducir la obesidad y la diabetes en los trabajadores por turnos. Por ejemplo, establecer una hora de comida que coincida mejor con el reloj biológico de los trabajadores podría tener muchas ventajas, continúa el profesor. - Esto también ha sido respaldado por varios estudios previos que han sugerido que comer en momentos específicos del día puede mejorar o empeorar el control del peso y la función metabólica. Además, información como esta podría combinarse con decisiones más inteligentes sobre cuándo comer, mientras que el control de los niveles de azúcar en la sangre puede ayudar a dosificar mejor la insulina.
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Fuente: Universidad de Pensilvania
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