Neville, un Jack Terrier Russell adoptado hace dos años, duerme junto a su plato todas las noches y lo lleva a cualquier parte. Para el perro, el cuenco es una fuente de consuelo y representa su nueva vida.
Está a punto de acabar atropellado, su madre lo salvaNeville es un adorable Jack Russell Terrier que ha estado viviendo con Susanne durante un par de años, la mujer que lo adoptó después de encontrar su foto publicada en el sitio web de un centro de rescate de animales. Desde que ingresó a su nuevo hogar, Neville duerme al lado de su tazón todas las noches y lo lleva a casi todas partes. Según su "mamá adoptiva", es un hermoso gesto de agradecimiento y una forma de demostrar lo afortunado que fue por tener una segunda oportunidad. Para Neville, ese cuenco es una fuente de consuelo y simboliza su nueva vida.
Mi pequeño perro de rescate me rompe el corazón. Todavía no puede dejar de tener su propio tazón. pic.twitter.com/mrlJ9cIRkb
– ErUpstairs (@ErUpstairs) 5 de agosto de 2020
Cuando Susanne decidió recibir a Neville en su casa, ya vivía con un perro rescatado, pero realmente quería ayudar a un cachorro que lo necesitaba. Cuando descubrió que el Jack Russell Terrier de la foto no era un cachorro, Susanne no lo pensó dos veces y decidió adoptarlo de todos modos.
"¡Tenía 10 años y supe de inmediato que lo amaba!" - dice la mujer - "Hice cola durante tres horas fuera del centro para asegurarme de ser la primera en mostrar interés en su adopción y nos unimos cuando nos miramos a los ojos".
Me despertó a las 5:30 de esta mañana este nob caminando SOBRE MI CABEZA. pic.twitter.com/Cdh0OR5jMS
– ErUpstairs (@ErUpstairs) 28 de abril de 2020
Para Neville, el cuenco es una fuente de comodidad y seguridad.
Neville fue encontrado deambulando por las calles, pero no se sabe mucho sobre su pasado. Sin embargo, por su actitud, es probable que no haya tenido una vida nada fácil.
“Creemos que lo explotaban para criar y lo trataban mal” - explicó Susanne - “Al principio competía por la comida y trataba de alimentarse directamente del suelo o del comedero del otro perro. Tuve que enseñarle a comer de un bol, y una vez que aprendió, lo disfrutó mucho".
A estas alturas le gusta tanto su cuenco que lo lleva a donde quiera que vaya, incluso en su perrera donde duerme todas las noches.
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"Creo que nunca ha tenido un plato propio y ahora se da cuenta de que tiene uno y que para él representa una fuente fiable de alimentos buenos y nutritivos”, dice Susanne. "Parece increíblemente agradecido por un plato sencillo. Creo que representa comodidad y hogar para él. Es un alma amable, tranquila y tímida que me sigue a todas partes. Ahora tiene 12 años y es bastante sordo y no ve muy bien, ¡pero ama la vida!”.
Cute Neville trajo una ola de alegría a la vida de Susanne, y ahora espera poder alentar a otras personas a adoptar un perro mayor para darle una segunda oportunidad porque nunca es demasiado tarde para una adopción.
Fuente: El Dodo/Twitter
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