Daisy fue abandonada en las calles de Bellflower, California, EE. UU. a la edad de 2 meses. Fue encontrada por un oficial de control de animales. Nació con una malformación congénita de las patas delanteras y para ella estaba en perspectiva la eutanasia. En las perreras, los perros con discapacidad tienen dificultades para encontrar un hogar permanente y, por lo general, son los primeros en ser incluidos en los programas de "final de la vida".
Está a punto de acabar atropellado, su madre lo salva
Daisy fue abandonada en las calles de Bellflower, California, EE. UU. a la edad de 2 meses. Fue encontrada por un oficial de control de animales. Ella nació con una malformación congénita de las patas delanteras y para ella la eutanasia estaba en perspectiva. En las perreras, los perros con discapacidad tienen dificultades para encontrar un hogar permanente y, por lo general, son los primeros en ser incluidos en los programas de "final de la vida".
Afortunadamente, un voluntario lo notó y lo sacó justo a tiempo. Unos meses más tarde, ella lo encontró. para siempre su hogar. Daisy no tuvo que morir en absoluto: aprendió a caminar y correr incluso sin el uso de una silla de ruedas. Sin embargo, tras consultar al veterinario, su familia decidió ayudarla con un carrito para no forzar demasiado su columna.
Desde entonces se ha adaptado a usa las ruedas y camina por mucho tiempo, haciendo todo lo que haría un perro 'sin discapacidad'. Daisy está llena de energía e inspira a todos los que la rodean. Su misión ahora es difundir el mensaje de amor hacia animales con necesidades especiales. Por eso nació el proyecto Submordidaunida.
Compartir la historia de Daisy significa crear conciencia y cambiar su opinión sobre los perros discapacitados.
Roberto Ragni
Crédito de la imagen
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