Cómo la ropa que usamos está envenenando el mar

    Cómo la ropa que usamos está envenenando el mar

    Que los mares y océanos estén contaminados por plástico lamentablemente no es nuevo. Un nuevo estudio, sin embargo, arroja luz sobre el origen de tales residuos, mostrándonos una verdad desconcertante: la mayor parte, de hecho, proviene de la ropa que usamos y se dispersa durante su lavado en la lavadora, envenenando ríos y océanos y luego terminando en la cadena alimenticia.



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    Que mares y océanos están contaminados por plástico desafortunadamente esto no es nuevo. Un nuevo estudio, sin embargo, arroja luz sobre la procedencia de tales residuos, mostrándonos una verdad desconcertante: la mayor parte, de hecho, proviene de la ropa que usamos y se dispersa durante su lavado en la lavadora, envenenando ríos y océanos y luego terminando en la cadena alimentaria.



    Las fibras sintéticas con las que se fabrican las chaquetas, camisetas y otras prendas que solemos comprar y vestir se encuentran entre las principales culpables de la contaminación de nuestros mares. Así lo reveló un estudio realizado por investigadores deUniversidad de California Santa Bárbara, Microfiber Pollution and the Apparel Industry, cuyos resultados se hicieron públicos hace unos días.

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    Los investigadores encontraron que, en promedio, las chaquetas de forro polar sintético liberan 1,7 gramos de microfibras con cada lavado. Además, las prendas viejas sueltan casi el doble de fibra que las nuevas. El proyecto fue financiado por el fabricante de ropa Patagonia, una empresa B certificada, que también ofrece becas dedicadas a la sostenibilidad ambiental.

    Después de ser liberadas al agua durante el lavado en la lavadora, las microfibras "viajan" a las plantas depuradoras locales y hasta un 40% de ellas acaban en ríos, lagos y océanos, contaminando la cadena alimentaria. De hecho, las microfibras sintéticas tienen dimensiones tales que pueden ser fácilmente ingerido por peces y otros animales salvajes. Y, con el tiempo, sus toxinas se acumulan en los organismos de los animales más grandes, los que ocupan una posición más alta en la cadena alimenticia, acabando, muy probablemente, en las mesas y organismos de millones de personas.

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    La investigación también cuestiona la sostenibilidad de los tejidos fabricados a partir del reciclaje de residuos plásticos, que se pensaba que ayudaban a reducir la contaminación ambiental: en realidad, si la dispersión de las microfibras se produce durante la fase de lavado, estas prendas "experimentales" son, sin embargo, contaminantes, porque sus los componentes terminan en el agua y en una forma, la de piezas diminutas, que los hace aún más peligrosos que las botellas de plástico enteras.



    ¿Qué hacer, entonces, para remediar un problema que se agrava día a día y que tiene implicaciones dramáticas para la salud del medio ambiente y de los seres vivos? La Plastic Soup Foundation, una organización para la protección de los océanos cofundada por la Unión Europea y con sede en Ámsterdam, ha lanzado una serie de ideas al respecto.

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    La industria de la confección debe centrarse en tejidos de mayor calidad y sobre fibras tratadas de forma que no se dispersen partículas durante el lavado. A continuación, debe intervenir en esta etapa, utilizando productos capaces de capturar las microfibras dispersas en el tambor de la lavadora, o instalando un filtro especial en cada electrodoméstico. Finalmente, una nueva e interesante frontera está representada por lavadora que no usa agua: un producto concebido y diseñado por una empresa californiana y que podría permitirle lavar tejidos en dióxido de carbono presurizado.

    En definitiva, no es imposible encontrar una solución al problema, aseguran desde Base de sopa de plástico, pero es necesario que todos los actores involucrados, tanto la industria de la confección como la industria de los electrodomésticos, colaboren. Cosa que, al menos hasta ahora, no ha sucedido.



    "Es realmente un insulto que digan que no es su problema". - es la conclusión de María Westerbos, directora del PSF - “También es su problema. Es un problema de todos".

    Lisa Vagnozzi

    Créditos de las fotos

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