Un nuevo estudio ha encontrado que la dieta de alimentos procesados ricos en fertilizantes está cambiando la química del cuerpo humano
No guardes el aguacate así: es peligrosoYa sabíamos (o podríamos haber adivinado) que consumir alimentos industriales o alimentos cultivados con la ayuda de productos químicos a diario, pero ahora un nuevo estudio afirma que este tipo de dieta está cambiando la química del cuerpo humano.
“Dime lo que comes y te diré quién eres”, escribió Jean Anthelme Brillat-Savarin en 1826 en su obra “Fisiología del gusto”. Y para confirmarlo ha llegado un nuevo análisis que demuestra que comer alimentos producidos en masa, cultivados con la ayuda de fertilizantes sintéticos y de origen internacional, está cambiando el cuerpo humano.
Esto, según los investigadores, que publicaron recientemente el estudio en PNAS, es especialmente cierto para las comunidades y naciones urbanizadas y más ricas donde el ingreso anual per cápita supera los $ 10.000 y donde los supermercados proporcionan la mayor parte de los alimentos.
Para llevar a cabo la investigación, el equipo de académicos analizó muestras de cabello y uñas de poblaciones actuales, comparándolas con datos arqueológicos relativos a personas que vivieron antes de 1910, cuando el fertilizante nitrogenado sintético, uno de los pilares de la agricultura industrial.
Los investigadores analizaron específicamente la relación entre los diferentes isótopos de nitrógeno y carbono que se encuentran en los restos del cuerpo.
¿Qué han descubierto? Los expertos han notado que la composición isotópica de nitrógeno y carbono en el cabello, las uñas y los huesos ha cambiado, haciendo que los seres humanos de hoy sean más similares entre sí pero muy diferentes de sus antepasados que vivieron antes de la llegada de la agricultura industrial.
"La dependencia de la distribución internacional de alimentos y la agricultura industrial ha cambiado la química de toda la raza humana", dijo Michael Bird, autor principal del estudio.
Solo las comunidades que dependen de la agricultura de subsistencia han contrarrestado esta tendencia, señalan los autores, que muestran proporciones de isótopos similares a las dietas humanas anteriores a 1910.
Los isótopos de carbono arrojan luz sobre el tipo de alimentos que consume la gente: una dieta rica en maíz o una en la que el arroz es el alimento básico dejará una señal de isótopo de carbono diferente en el tejido humano.
En las personas que compran en supermercados, donde los alimentos provienen de granjas y cultivos intensivos, los valores de isótopos de nitrógeno son generalmente más bajos y se encuentran dentro de una banda más estrecha. Si consume carne que proviene de granjas a gran escala industrial o plantas cultivadas en campos de monocultivo con la ayuda de fertilizantes, los nutrientes "llegan por un camino acortado artificialmente".
"De alguna manera hemos cortocircuitado muchos de los procesos naturales que se usaban para preparar alimentos para personas en tiempos prehistóricos, o para personas que todavía viven un estilo de vida de subsistencia".
@Pnas
Este cambio no es necesariamente bueno o malo en términos de salud, especifican los expertos, pero ciertamente demuestra cómo nuestras elecciones de alimentos afectan al cuerpo.
Además, el problema con este modo de vida, separado de las complejas cadenas alimentarias naturales, es la pérdida de resiliencia de los ecosistemas globales frente al cambio ambiental acelerado, sostienen los autores.
La simplificación de la cadena alimentaria y la dependencia excesiva de cadenas alimentarias de uno o dos pasos preocupan a los investigadores:
"Es una demostración de que depender en gran medida de la tecnología en forma de agricultura industrial es potencialmente un riesgo"
Problemas como una enfermedad grave de las plantas, una invasión de langostas o una pandemia pueden provocar el caos en todo el sistema.
“Los patrones de producción agrícola y consumo de alimentos deben diversificarse, lo que significa que se deben producir y consumir más tipos diferentes de cultivos a nivel local y mundial. Esto tendría beneficios nutricionales, para la salud y el medio ambiente. No podemos restaurar la tecnología agrícola a lo que era hace 100 años. Necesitamos tecnología, incluidas nuevas tecnologías para alimentar y nutrir al mundo, pero necesitamos más diversidad y reducir la huella ambiental ”, dijo el Dr. Matin Qaim, economista agrícola de la Universidad de Goettingen en Alemania.
Fuente: Pnas
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