¿Los hermanos y hermanas pelean a menudo? Aquí tienes seis claves que te ayudarán a gestionar mejor este tipo de rencillas y celos.
No guardes el aguacate así: es peligroso¿Los hermanos y hermanas pelean a menudo? Aquí tienes seis claves que te ayudarán a gestionar mejor este tipo de rencillas y celos.
Una de las mayores preocupaciones de los padres con más de un hijo o hija es saber gestionar los celos y las rencillas entre ellos. Son muchas las dudas y preguntas que nos asaltan sobre cómo podemos lograr una buena armonía familiar: ¿por qué surgen los celos entre hermanos? ¿Son inevitables? Pero, sobre todo, ¿cómo podemos afrontar esta situación que, sin duda, nos parece un problema?
Aquí hay seis puntos esenciales que todo padre debe tener en cuenta para el manejo eficiente de los celos y las peleas entre hermanos para aplicar en la vida cotidiana:
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Reconocer emociones
Reprimir los celos o la envidia no hará que desaparezcan, al contrario, solo podría empeorar la situación. Preguntar a nuestros hijos con curiosidad y empatía sobre sus emociones, explicarles que es normal que sientan amor y al mismo tiempo celos de sus hermanos o hermanas hará que se sientan comprendidos y, por tanto, amados.
Entiendo que te sientas un poco enojado por la presencia de tu hermano/hermana. Tal vez creas que los padres no harán lo mismo por ti… lo que sientes se llama celos. Vale, no pasa nada”, es la frase que recomienda a los padres la especialista en coaching para padres y maternidad María Ángeles Jové Pons.
Entendiendo los beneficios de pelear
Las peleas entre hermanos y hermanas también tienen una función positiva para el desarrollo de la personalidad y la identidad. De hecho, durante estos conflictos tienen la oportunidad de conocer sus limitaciones y adquirir innumerables habilidades sociales. Nuestra familia es nuestra primera "empresa" y nuestros hermanos son nuestros primeros mejores amigos y, al mismo tiempo, nuestros "primeros oponentes".
Encontrar soluciones juntos
Los conflictos y los celos son muchas veces una señal de que nuestro hijo o hija necesita más atención o tiempo exclusivo. Es importante hablar con el niño y pensar juntos qué podría ayudarlo a sentirse mejor u observarlo para comprender qué podría necesitar y proponer soluciones.
Atención individualizada
Respecto al punto anterior, una de estas soluciones a seguir absolutamente es pasar tiempo a solas con cada uno de ellos. Con el ritmo frenético de la vida puede parecer imposible, por mucho que lo intentemos, toda la familia se beneficiará. Aunque solo sean 5 minutos, es muy importante tomarse un momento de disfrute mutuo y juego libre para comunicarse y fortalecer los lazos por separado.
Ni juez ni policía
La clásica pregunta de "¿quién empezó?" siempre tendrá la misma respuesta: "no yo, sino el otro". Si el conflicto va subiendo de nivel, podemos intentar separarlos tranquilamente: “ahora parece que no podéis estar juntos, mejor que os calméis en espacios diferentes”. La lucha es una situación generalizada que no pretendemos aclarar ni resolver con culpas y reproches.
Recordemos ofrecerles autonomía para resolver sus conflictos por sí mismos. No intervenga a menos que se esté lastimando a sí mismo. Si los separamos rápidamente, corremos el riesgo de no ser imparciales y, aunque tuviéramos el don de la objetividad, nuestros hijos siempre interpretarían nuestra intervención como si los estuviéramos "apoyando" o "castigando" de alguna manera.
Los adultos también necesitan trabajar sus emociones
Seamos realistas estas circunstancias entre nuestros hijos a veces nos ponen nerviosos, no sabemos cómo afrontarlas y hacemos lo contrario de lo que sería correcto hacer. Es importante mirarnos a nosotros mismos y reconocer lo que estamos sintiendo y por qué, y también siempre debemos respirar, reflexionar y siempre orientar las situaciones con sentido común y respeto, independientemente de lo que sientan nuestros hijos y las razones que tengan.
Los celos son un sentimiento y experimentarlos es completamente normal. Trabajar adecuadamente estas rencillas es la clave de las futuras relaciones sociales de vuestros hijos e hijas.
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Fonte: El País / Educar es todo
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