La luz vuelve a los barrios marginales de Manila gracias al proyecto Litro de Luz. Con las viejas botellas de plástico y la lejía, el sol entra en las casas
Está a punto de acabar atropellado, su madre lo salvalitro de luz Bulbos elaborados con botellas de plástico, que funcionan gracias a la luz del sol. La idea surge de la urgente necesidad de algunas poblaciones de Filipinas de no quedarse a oscuras. Y así, gracias a la ayuda de un grupo de estudiantes de la MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts), la bombilla solar que antes se colocaba en los centros de investigación, ha sido modificada para satisfacer las necesidades locales a partir de materiales fácilmente disponibles.
Así nació proyecto litro de luz, lanzado hace seis meses por la Fundación Mi Refugio de Illac Díaz. Una botella de plástico, agua y lejía, junto con un martillo, remaches, chapa, lija y resina epoxi, bastan para llevar luz a cientos de hogares pobres de Manila, gracias al proyecto de Díaz.
Bastaba colocar una botella de plástico en unos agujeros practicados en los techos de hojalata de los cuarteles, con la parte del tapón hacia afuera y habiendo llenado el la botella con el blanqueador. En su interior, la luz del sol se refleja, produciendo hasta 60 vatios de luz e iluminando los hogares.
No es una solución pequeña si tenemos en cuenta que con un dólar y recuperando las botellas se podrá devolver la luz a 25 mil hogares de bajos recursos en Filipinas.
En un país donde el 40% de la población vive con menos de 2 dólares diarios, el terrible tifón Washi también ha agravado la situación de estas poblaciones, que hace tres días azotó Filipinas arrastrándose por el barro. 1000 personas aproximadamente. ya hay sobre 45 desplazados.
Eduardo Carrillo, residente de una de las muchas zonas pobres de Manila, explicó: "Antes de tener el 'luz embotellada', los pasillos para acceder a nuestras casas estaban realmente oscuros y adentro era aún peor. Ahora los niños ya no tienen miedo, están felices porque ahora pueden jugar adentro en lugar de estar todo el día en la calle”.
El fundador de la Fundación Mi Refugio, Illac Díaz explicó: "El desafío es entender cómo el mundo en desarrollo puede desarrollar su propio modelo para limitar las emisiones de carbono, por lo que no podemos permitirnos comprar e importar soluciones patentadas producidas por el mundo desarrollado, no podemos esperar hasta que estas sean económicamente viables".
además de generar energía limpia utilizando las viejas botellas y además de haber devuelto la luz a los barrios marginales de Manila, el programa iniciado por proyecto litro de luz ya ha dado trabajo a 20 desempleados. “Queríamos mostrar que un hombre puede cambiar el lugar donde vive”. Incluso con poco.
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