Utilizando técnicas ancestrales, las artesanas de la comunidad Wayuu en Colombia tejen bolsos con bolsas de plástico, para combatir la contaminación, reconstruir la memoria y promover la emancipación de la mujer.
Los paisajes de La Guajira, departamento ubicado en la región Caribe de Colombia, parecen obras pintadas por la Madre Naturaleza. Sin embargo, la belleza y la magia de estas tierras contrastan con los kilómetros de basura que se acumulan alrededor de ciudades como Uribia. Entre desiertos, culturas milenarias y playas impresionantes, también nacen dunas de plástico y desechos orgánicos.
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La contaminación no es el único problema. La falta de servicios, la escasez de agua y la corrupción hacen de La Guajira el segundo departamento más pobre del país sudamericano. Pero el espíritu resiliente de sus habitantes, el pueblo indígena Wayuu, les permite una vez más enfrentar la adversidad.
Tejiendo la "basura" con tradiciones milenarias
© Kattoui / Instagram
No hay desperdicio, pero los recursos y los indígenas wayuu lo saben bien. Por eso, con su proyecto Kattoui, (mochila en wayuunaiki) transforman las bolsas de plástico que recogen en la calle en coloridos y cómodos bolsos, con el objetivo de reconstruir la memoria cultural, reducir la contaminación y promover la emancipación de las mujeres de la comunidad. .
© Kattoui / Instagram
Las bolsas de plástico que utilizan estos ecoartesanos son recogidas a través de jornadas de reciclaje por un grupo de jóvenes Wayuu que intentan concienciar sobre el uso excesivo del plástico desechable y aportar su granito de arena al cuidado del medio ambiente. . Cada uno de sus productos es una invitación al cambio y un elogio al sentido de comunidad.
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Al tejer sus bolsos están reviviendo antiguas tradiciones. Sus almas y sus manos guardan celosamente técnicas ancestrales de reciclaje que corrían peligro de perderse, como el outajushi, que primero se utilizó para trabajar el algodón y algunas fibras de corteza y raíz y que ahora combina el plástico, la única “materia prima” que abunda en estas tierras. .
Es una mochila compuesta en un 70% por bolsas de plástico. Por cada mochila se trata de darle una nueva vida útil a casi 50 bolsas, que en años anteriores habrían ido a parar a los vertederos, en nuestro jardín de dunas, contaminando el medio ambiente”, dijo a un vehículo local Olimpia Palmar, una de las artesanas de el proyecto
Tejiendo oportunidades
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Sin embargo, este proyecto va más allá del impacto ambiental. Cada tejido representa también una fuente de sustento económico para muchas familias y una oportunidad para fortalecer el tejido social, brindando a niñas y niños la oportunidad de aprender y convertirse en líderes, construyendo así un futuro más equitativo.
Tejemos una oportunidad para las niñas de esta comunidad. Con este proyecto estamos aprendiendo a ser emprendedores e innovar, pero sobre todo a ser líder”, dice Guillermina Jusayu, una de las aprendices y líder comunitaria.
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Con el proyecto Kattoui, estas artesanas indígenas, guardianas del pasado, preservan sus raíces y tejen espacios para la emancipación de las mujeres Wayuu y de todo su pueblo generando conciencia ambiental.
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