La presencia de óxido en nuestro radiador podría ser síntoma de una fuga y, por tanto, de un mal funcionamiento del radiador.
Está a punto de acabar atropellado, su madre lo salvaLa presencia de óxido en nuestro radiador podría ser síntoma de una fuga y, por tanto, de un mal funcionamiento del radiador.
En estas semanas de intenso frío, encender la calefacción durante muchas horas al día está provocando que el consumo y los precios de las facturas del gas suban, en detrimento de nuestro bolsillo. Ya te hemos explicado que realizar una correcta y completa limpieza de nuestros radiadores es fundamental para que todo el sistema funcione con la máxima eficacia, de forma que no se malgaste el dinero gastado en su encendido.
Sin embargo, hay un elemento a tener bajo control para verificar el correcto funcionamiento del radiador y el posible derroche de energía y dinero: la presencia del herrumbre. Notar manchas de óxido en el metal del radiador, de hecho, no es una buena señal: aunque la presencia de óxido no afecta directamente al funcionamiento del radiador, es la clara demostración de que está perdiendo agua de la intemperie y esto afecta su correcto funcionamiento. Evidentemente, el óxido también puede formarse en presencia de un sistema antiguo que se encuentra en un lugar húmedo: para despejar la duda y comprobar si se trata de una fuga de agua o simplemente de suciedad, basta con intentar limpiar la mancha. Si la mancha se quita con la ayuda de un paño húmedo y un cepillo, no te preocupes; si, por el contrario, el óxido persiste, es mejor revisar el sistema.
Óxido en el radiador: qué hacer
Después de comprobar si hay una fuga, tenemos que buscar la causa: podría ser un daño en un elemento del radiador, o más probablemente una fuga proveniente de una válvula mal apretada. Con los radiadores apagados y fríos, palpamos con la mano todos los elementos del radiador y las válvulas uno por uno, buscando una superficie mojada o húmeda: esto nos ayudará a comprender el origen de la fuga. Si la fuga proviene de una de las válvulas, podemos proceder a apretarla con la ayuda de una llave. Si en cambio asumimos que la fuga proviene de uno de los elementos, es mejor llamar a un técnico que eventualmente reemplazará todo el radiador.
Cómo quitar el óxido del radiador
Una vez aislada y resuelta la fuga, solo nos queda limpiar el radiador y eliminar la antiestética mancha de óxido que el agua ha provocado en el metal. También en este caso, es una operación bastante fácil, que requiere un pequeño gasto y no requiere el apoyo de un técnico. Recordando siempre actuar sobre los radiadores que estén apagados y fríos, comencemos con una limpieza a fondo del radiador, que haremos con la ayuda de un paño suave. Luego usamos hojas de periódico y cinta adhesiva de papel para blindar el piso y las paredes alrededor del radiador, luego procedemos a quitar el óxido: para esta operación usamos un cepillo de alambre (puedes comprarlo en las ferreterías) y luego, para terminar el trabajo, un poco de papel de lija de grano grueso.
Una vez eliminados todos los restos de óxido, vuelve a limpiar el radiador con un paño y luego aplica una mano de pintura antioxidante, que evitará que vuelva a aparecer la antiestética mancha. Por último, volvemos a pintar el radiador con una pintura específica para el metal: también aplicamos dos manos de pintura, para estar seguros de que hemos hecho un buen trabajo.
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