Raja, un tigre macho que había sido pareja constante con Kamala durante algún tiempo, cumplió veinte años en el Jardín Zoológico de Pistoia
Está a punto de acabar atropellado, su madre lo salvaPrimero obligado a actuar en un circo y luego "salvado" por un zoológico, pero aún lejos de su hábitat natural. Raja, un tigre macho que había sido pareja constante con Kamala durante algún tiempo, tenía veinte años y murió mientras dormía por causas naturales en el Jardín Zoológico de Pistoia.
Raja había llegado al zoológico en 2009 luego de ser acosado por el circo: el tigre había sido entrenado para entretener a los espectadores y después de vivir en una jaula sobre cemento, ya no era necesario para los espectáculos. Al no poder ser reinsertado en la naturaleza, fue alojado en el zoológico de Pistoia. Una vida, por tanto, alejada de su hábitat natural, recordando siempre que los tigres están catalogados como en peligro de extinción por la UICN.
“Laika, una hembra muy mayor, le dio la bienvenida a Raja al zoológico. Cuando murió Laika, llegó Kamala -leemos en la web del zoo-, las dos también vivían juntas en el circo y ya habían tenido hijos. Apenas ella llegó se reconocieron de inmediato”.
El paso a diferentes dimensiones es inherente a la vida y así lo fue también para Raja quien, con sus 20 años...
Publicado por Giardino Zoologico di Pistoia el jueves 14 de mayo de 2020
Raja tenía veinte años y murió mientras dormía por causas naturales. “Una muerte súbita, difícil de escribir porque, como os podéis imaginar, no muere un tigre, sino uno de esos animales que en los últimos años tanto ha dicho de sí mismo a todos los que formamos la plantilla y a vosotros que vinisteis a conocerlo. . Su historia fue la de la recuperación de un circo a la que siguió la rehabilitación del Parque y la conquista de espacios que nunca había conocido. También fue una gran historia de amor con su Kamala: inseparables, a menudo los encontrábamos durmiendo juntos o disfrutando de largos baños en las cálidas tardes. Hoy es día de silencio en el Parque, hay un estruendo menos”.
Una historia que nos deja un mal sabor de boca porque muestra una vez más todo lo que los animales se ven obligados a vivir. En este caso, Raja tuvo una larga vida, pero nunca conoció la belleza de la libertad: el zoológico la salvó, es cierto, pero si nunca hubiera llegado al circo, quizás la historia se hubiera escrito de otra manera.
Fuente: Jardín Zoológico de Pistoia
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