Adiós al pequeño Thai Dumbo, el bebé elefante obligado a tocar la armónica y realizar acrobacias en el zoológico de Phuket, ha muerto. Quedó reducido a piel y huesos y de poco sirvieron las peticiones y denuncias de los activistas por los derechos de los animales para liberarlo de este horror.
Está a punto de acabar atropellado, su madre lo salva
Adiós al pequeño Thai Dumbo, el bebé elefante obligado a tocar la armónica y realizar acrobacias en el zoológico de Phuket, ha muerto. Quedó reducido a piel y huesos y de poco sirvieron las peticiones y denuncias de los activistas por los derechos de los animales para liberarlo de este horror.
Hablamos de eso hace apenas un mes, de este elefante demacrado obligado a golpear su trompa al ritmo de la música rave, obligado a hacer piruetas sin sentido y tocar instrumentos musicales. Un doloroso entrenamiento hecho de severos castigos y al final el pequeño Thai Dumbo murió durante una actuación.
Sus patas traseras cedieron y el elefante esquelético no lo logró. Habíamos contado su historia y compartido la petición lanzada por Moving Animals pidiendo su liberación. Pero a pesar de los cientos de firmas, el animal permaneció allí, en una jaula, obligado a entretener a la gente con gestos antinaturales y alejados de su bienestar animal.
“Un final trágico y horrible para Dumbo. Su cuerpo esquelético sugería claramente que no se encontraba bien y sufría de desnutrición y agotamiento, pero el zoológico no hizo nada hasta que recibió críticas internacionales”, explica Amy Jones, cofundadora de Moving Animals.
Debido al duro entrenamiento, el elefante se rompió las patas traseras, pero el zoológico intervino a los tres días, cuando ya para él, débil y exhausto, no había nada más que hacer. Porque, está claro, que las fracturas fueron sólo la gota que colmó el vaso.
Tras ser ingresado en una clínica veterinaria, el veterinario explicó su cuadro clínico.
“Tenía una infección que le producía diarrea constante, lo que le provocaba otras complicaciones de salud, como que su cuerpo no absorbiera los nutrientes como debería, lo que lo debilitaba mucho. Una infección que venía desde hace meses".
Una historia que nunca quisimos contar y que demuestra una vez más el sufrimiento de los animales en cautiverio y sin embargo hay quienes siguen alimentando este negocio, yendo a ver estos innobles espectáculos. Como siempre, os instamos a que no lo hagáis porque ningún animal merece acabar así.
Lea también:
El 'dumbo' tailandés obligado a tocar la armónica y darse cabezazos a ritmo de techno
dominella trunfio