80 bolsas de plástico en el estómago. Una ballena piloto es la última víctima de la contaminación marina que mata a miles de animales cada año. El cetáceo fue encontrado muriendo frente a la costa sur de Tailandia.
Está a punto de acabar atropellado, su madre lo salva
80 bolsas de plástico en el estómago. Se trata de un calderón, o ballena piloto, la última víctima de la contaminación marina que acaba con la vida de miles de animales cada año. El cetáceo fue encontrado muriendo frente a la costa sur de Tailandia.
Hace apenas unas semanas corrió la misma suerte en las costas españolas un cachalote encontrado con 30 kilogramos de basura en el estómago. Ahora la autopsia de la ballena ha revelado que la muerte se produjo por la ingestión de 8 kilogramos de material plástico.
Todos los intentos de rescate por parte de los veterinarios fueron inútiles porque la cantidad de plástico era tal que impedía que la ballena se alimentara.
“Si tienes 80 bolsas de plástico en el estómago, te mueres”, explica en Facebook Thon Thamrongnawasawat el biólogo marino de la Universidad de Kasetsart que publicó la noticia en su página.
Las imágenes son desconcertantes: en el suelo hay decenas de bolsas negras, las que se encuentran en el estómago del calderón que, como sabemos, no es la única víctima del plástico.
Según un estudio titulado "La nueva economía de los plásticos: repensando el futuro de los plásticos", realizado por el Foro Económico Mundial en colaboración con la Fundación Ellen MacArthur, para 2050 tendremos más plástico que peces en el mar. Pero dado lo que está pasando lamentablemente significa que todo esto no es solo una visión catastrófica.
Según el biólogo, junto a la ballena hay delfines, tortugas y aves: al menos 300 animales marinos mueren cada año a causa del plástico.
“Es un problema enorme, usamos mucho plástico”, concluye el biólogo.
Nosotros también lo notamos, por eso lanzamos #svestilafrutta la campaña social contra el abuso de los envases de plástico. Ahora hay una obsesión por envasarlo todo, por proteger en exceso las frutas y verduras, incluso las ecológicas. Ante todo esto, no podemos permanecer inmóviles, porque el futuro de nuestro planeta también depende de lo que compramos en el supermercado.
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dominella trunfio
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